Por Alejandro Mondragón
Bien afirman que si se quiere conocer en verdad a una persona, hay que darle poder.
Es el caso de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien sostiene que las agresiones contra candidatos se focalizan en las campañas por las alcaldías.
Y, por ende, resulta innecesario suspender elecciones, porque estas acciones de la delincuencia no ponen en riesgo la jornada para este domingo.
Quizá lo que la funcionaria no sepa es que en 266 días del actual periodo electoral, se han registrado 783 agresiones a candidatos y políticos, según datos de la consultora Etellekt.
De entre los candidatos, se explica que 75 por ciento de ellos competía por cargos municipales (alcaldes, regidor o síndico), 16 por ciento por un cargo estatal y 9 por ciento por un federal.
Las entidades en las que más ataques se han reportado son: Veracruz, Guanajuato, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo, Jalisco, Baja California, Nuevo León, Sonora, Chihuahua, Michoacán, Tamaulipas, Querétaro, Morelos y Puebla.
Pero además, 44 por ciento de los crímenes han sido contra integrantes del PAN, PRI y PRD; y 28 por ciento por Morena, PVEM y PT.
Está claro que Gobernación federal ha resuelto dejar pasar, dejar hacer la violencia política, sin que su estrategia de cuidar y vigilar la seguridad de los contendientes haya dado resultado.
Otra vez, echan la pelota a la cancha de los estados para que con los municipios atiendan la crisis de la violencia política.
En tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue en las mañaneras atizando contra opositores y recorre el país para entrarle a un partido de béisbol o probar la comida regional.