Por Valentín Varillas
Rafael Moreno Valle quería pasar a la historia como el gobernador que había sido capaz de traer a Puebla la más grande inversión productiva de las últimas cuatro décadas.
Para lograrlo, ofreció de todo al consorcio alemán Volkswagen.
El objetivo era instalar a como diera lugar la planta de Audi en san José Chiapa.
La empresa, ante semejante oportunidad, estiró la liga de tal manera que puso de rodillas al gobierno poblano.
Sí siempre tuvo la sartén por el mango en el proceso de negociación.
El paquete de beneficios no solo fue histórico en el caso de Puebla, sino atípico, si se compara con otras inversiones realizadas en el sector automotriz en otros estados de la República.
En plenas negociaciones para que el consorcio automotriz se instalara en territorio poblano, RMV dio la indicación a sus cabilderos de que no excedieran los 100 millones de dólares pactados, como compromiso de inversión por parte del gobierno del estado.
Sin embargo, a mediados del 2014, la cantidad real de dinero público invertido superaba ya los 8 mil millones de pesos, casi siete veces más del tope fijado por el mandatario, sin contar por supuesto las exenciones de impuestos y el valor de los terrenos donados.
Sí, a esas alturas Audi ya obtenía mucho más de lo que originalmente se planeó.
Un ejemplo claro de cómo los alemanes sacaron una enorme tajada de las obsesiones morenovallistas fue una reunión celebrada a principios de ese año en las oficinas de Deforest ubicadas en la colonia La Paz.
Se trata de la firma de abogados que representa los intereses de Audi en México.
Al encuentro asistieron el diputado panista Pablo Rodríguez Regordosa – el que sin ser ya titular de la Secotrade seguía teniendo la encomienda directa del gobernador de atender cualquier asunto relacionado con la armadora alemana- y Virginia Herrera Escobedo, en ese entonces Directora Jurídica de la dependencia.
El entonces secretario, Michel Chaín, tenía expresamente prohibido por parte del gobernador intervenir en el tema Audi.
Simple y sencillamente, Rafael no confiaba en su capacidad para llevar las negociaciones.
El tema central de la reunión tenía que ver con el proceso de escrituración de los predios donados a la empresa por parte del gobierno.
Rodríguez Regordosa le comentó a los representantes de Audi que el protocolo legal indicaba que los gastos de escrituración en el esquema de la donación de predios tenían que correr a cargo de los beneficiarios y que era el último paso ya para que los terrenos quedaran como parte de los activos de la empresa.
A los alemanes no les gustó nada lo anterior.
A pesar de todos los beneficios recibidos, se negaban a cumplir con un asunto básico, elemental en cualquier tipo de transacción inmobiliaria.
Presionaron y presionaron hasta que una frase puso a temblar a todos: “How difficult it is, to do business in México”.
Y entonces todo cambió.
Pablito llamó inmediatamente a Moreno Valle para recibir línea y la respuesta fue clara, contundente, sin ambigüedades: “A Audi, todo lo que quiera, a ver cómo le haces”.
Y así se hizo, así se hace, pero ya no se hará más.
800 millones de pesos anuales de subsidios terminarán.
Audi tendrá como reto, ser una empresa competitiva sin el apoyo económico del gobierno.
Bajo esta lógica se fraguó la famosa Ciudad Modelo, la que no solo violentó la autonomía y facultades de los municipios involucrados, sino que fue el pretexto perfecto para hacer millonarios negocios al amparo del poder.
Esa aberración, afortunadamente, también es hoy ya cosa del pasado.