25-11-2024 02:11:33 AM

“Víctima” de los niños con cáncer

Por Valentín Varillas

El presidente de este país ha llegado ya a un extremo preocupante.

Una patología discursiva que lo coloca, invariablemente, como una víctima.

De todo y de todos.

En pasado y presente.

No importan las circunstancias ni las coyunturas.

El perverso universo conspira en su contra.

Y no se da cuenta de que la complicada realidad nacional es ya, desde hace tiempo, producto de sus decisiones como jefe del ejecutivo.

De los yerros y omisiones de esta 4T.

AMLO declaró en la mañanera de ayer -este ejercicio cada vez más penoso y que poco a poco se está convirtiendo en la pala que podría cavar su tumba política- que es víctima de la manipulación de los padres de niños con cáncer.

En su torcida óptica, quienes hoy están viviendo un auténtico infierno, viendo morir a sus hijos debido a la escasez de medicamentos que existe en el país, hoy responden a los intereses de los adversarios políticos.

La misma monserga de siempre.

El tan desgastado argumento de etiquetarlos como “conservadores”, “neoliberales”, “fifís”, “señoritingos” y demás adjetivos a los que recurre, invariablemente, ante la falta de argumentos.

Nadie puede negar que los menores enfermos no han recibido el tratamiento al que tienen derecho.

Y que es una obligación del gobierno proporcionárselo.

Como sea, porque aquí se trata de un tema de resultados.

Para eso están, para eso los pusimos ahí mediante el voto: para resolver los problemas inherentes al servicio público.

Nada más, pero nada menos.

Y en el “menos”, lamentablemente se han quedado estos niños que se juegan la vida todo los días, ante la absoluta indiferencia de un presidente que les ha fallado.

Y que además, no ha mostrado la menor empatía ante su complicada realidad.

Raro, si partimos del hecho de que López Obrador ya vivió en carne propia lo que significa coexistir con la agonía de un ser querido que padece una enfermedad degenerativa.

Su esposa murió de lupus.

Pero él prefiere echarle la culpa a la corrupción del pasado.

Es cierto que se hicieron millonarios negocios al amparo del poder con el tema de la distribución de todo tipo de medicamentos.

Pero también lo es, que los intermediarios son fundamentales en la cadena de manejo y distribución de medicamentos.

Eliminarlos fue un error grave.

Había que limpiar y transparentar su actuar.  

Pero a este grupo político, le da flojera limpiar.

Prefiere fulminar.

Bajo esta lógica operó el tema del aeropuerto, los fideicomisos, el outsourcing y muchas otras cosas más.

Más allá de posturas políticas, de las ambiguas etiquetas de víctimas y victimarios, el que mueran niños enfermos por falta de medicamentos es, simple y llanamente, un crimen social cuyos responsables tienen nombre y apellido.

Lo que no tienen, es el valor de reconocer los monumentales errores que han cometido en este y otros temas importantes de agenda pública nacional.

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