Por Alejandro Mondragón
Francisco Javier García Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas, en proceso de desafuero por vínculos con la delincuencia organizada y lavado de dinero, siempre tuvo el cobijo en el morenovallismo.
Roberto Gil Zuarth, excalderonista y después promotor de la causa del exgobernador Rafael Moreno Valle a la presidencia de la República, los vinculó.
Fue su puente, pero después el exmandatario poblano se encargó de impulsar con operadores, recursos y hasta despensas del DIF estatal la campaña de Cabeza de Vaca a la gubernatura.
Estuvo en labores de promoción al voto. El responsable de sacar la elección fue Eukid Castañón. Ya después, lo apoyaron en el diseño del modelo de gobierno.
Los intereses del morenovallismo estuvieron en Tamaulipas, al grado que los vuelos privados desde Puebla se volvieron de cada quincena.
En el 2018, García Cabeza de Vaca organizó reuniones de apoyo a la causa de Rafael Moreno Valle en la búsqueda de la candidatura presidencial.
Tras el helicopterazo se rompieron, por consecuencia los lazos, aunque Francisco Javier pretende imponer el modelo morenovallista con una mini gubernatura de dos años para un incondicional, a partir del 2022.
Y luego organizar con tiempo la campaña de su esposa Mariana Gómez de García para que se encargue de todo un sexenio.
El problema es que la justicia llegó antes de lo esperado. La Fiscalía General de la República inició el proceso para desaforarlo y procesarlo por lavado de dinero y demás chingaderas.
Otro camino cruzado que concluye en la desgracia política para el aliado morenovallista.