Por Jesús Manuel Hernández
La especulación tuvo respuesta el 3 de febrero, el exgobernador Mario Marín apodado el “gober precioso” luego del dicho de Kamel Nacif hace 14 años, fue detenido y enviado a una cárcel en Cancún, población de donde fue secuestrada con artimañas Lydia Cacho gracias a las influencias de Nacif personaje del mundo de la mezclilla que apareció en el libro “Los demonios del edén” de la periodista en cuestión.
La captura de Marín constituye un hecho histórico, se trata del primer ex gobernador en pisar la cárcel no por un delito de enriquecimiento, sino de violación de los derechos humanos.
Las consecuencias son graves, muy graves, para su partido, el PRI, y las presuntas acciones que había emprendido su grupo para recuperar posiciones políticas, un tanto para hacer realidad aquel deseo del inicio de su gobierno de una “nueva generación de políticos”.
El hecho también constituye una herramienta muy útil para la 4T con miras al proceso electoral. Marín había dejado ver que estaba moviendo fichas en las posiciones estatales, entre otras la de Valentín Meneses, quien fuera cercano al exgobernador en lo personal y como funcionario y quien también ha sido detenido por asuntos que se le imputan en su responsabilidad como Secretario de Gobernación en aquellos tiempos y luego de haber aparecido en la escena pública en busca de una nominación para la Presidencia Municipal. O sea, al buen entendedor, pocas palabras, Barbosa pareciera mandar un mensaje muy directo a los viejos grupos políticos que quieren regresar.
El escenario se complica para el PRI y sus aliados, el PAN y el PRD, pues figuras con militancia activa en el tricolor están ahora detenidos y en consecuencia el franco deterioro de la marca, asunto que favorece enormemente a MORENA para demostrar la corrupción que sirve de amarre a la alianza “Va por México” soportada por el grupo “Sí por México”.
Pero también el gobernador Miguel Barbosa tiene beneficio en este escenario. En charola de plata le han puesto el tema de poner en tiempo la corrupción que surgió en el gobierno de Mario Marín y que Moreno Valle no pudo destapar del todo.
En conferencia de prensa Barbosa advirtió que irá tras los prestanombres, los socios en la oscuridad del marinismo, que dicen por ahí, no son pocos, y están disfrazados de “barbosistas”.
Muchos se frotan las manos, el morbo recibe una inyección por saber quiénes son los prestanombres, se habla de constructores, inmobiliarios, agricultores, prestadores de servicios turísticos y concesionarios automotrices.
Se esperan tiempos calientes en medio del confinamiento, sal y pimienta de la mano del gobernador Barbosa para condimentar un proceso electoral inusual donde los poblanos intentan organizarse contra MORENA.
Y por si fuera poco al interior del PAN, la estrategia de Eduardo Rivera pareciera ser no sólo necia sino palera, pues con su actitud ayuda a desmoronar el conjunto blanquiazul y da muestra de que la negociación, materia clave en la acción política, es una asignatura pendiente del maestro.
Y si a todo esto se suma que Olga Sánchez Cordero ha sido puesta en la mira de los defensores de Lydia Cacho, el asunto dará qué decir.
Mientras tanto, el beneficiado con la detención de Cacho, Kamel Nacif, fuera de México, protegido quizá por gobiernos de otros países y sus operadores financieros a salvaguarda en sus negocios angelopilitanos.
Nadie puede tapar el sol con un dedo, la amistad de Nacif con Marín no obedece al caso de Lydia Cacho, se remonta a años anteriores y los eslabones financieros y notariales aún están vigentes. ¿También se abrirán expedientes contra quienes asesoraban a Kamel en lo financiero?
Y qué hay de Adolfo Karam, famoso apoyador de Marín desde antes de la candidatura a la presidencia Municipal y quien invirtió en su precampaña y campaña para recibir después la Dirección de la Policía Judicial.
¿Acaso ya nadie recuerda aquel incidente en las oficinas de la Procuraduría del Estado cuando enfrentó a Blanca Laura Villeda y salieron a relucir armas por discutir quién se quedaba con el detenido por portar varios kilos de droga? El video fue incluso subido a varios portales de noticias a nivel nacional.
Para nadie era un secreto que en la Procuraduría había dos mandos, el de Villeda y el de Karam, y el hilo se rompió por lo más delgado.
Marín designó a Fernando Rosales como sucesor y tampoco resistió más de 30 días, pues el asunto era muy claro, tenía que sujetarse a los intereses de Karam, sobretodo en los permisos de portación de armas.
Y así las cosas, Karam fue el operador de la captura y maltrato de Lydia Cacho ¿sabrá el gobernador Barbosa dónde está?
Quizá el asunto tenga alcances mayores a la simple detención de Marín y sea la clave para destapar una cloaca de complicidades de personajes que muchos ni se imaginan.
O por lo menos, así me lo parece.