Por Rocío García Olmedo
¿Han imaginado cómo habrá sido la angustia, la zozobra, la desesperanza, la incertidumbre de las familias poblanas a la víspera del 18 de noviembre, hace 110 años?
Era inminente entonces un movimiento armado y seguramente muchas familias vivían la la angustia de no saber qué les aguardaría en un futuro inmediato.
Hoy al igual que entonces, muchas familias poblanas y mexicanas nos preguntamos lo mismo ¿Qué nos aguardará en el futuro si se sigue este rumbo? El contexto actual que vivimos lo obliga.
Si bien no tenemos un conflicto armado como tal, hay un sin número de marchas, plantones, manifestaciones, todas luchando también por causas sociales; y en todas, se percibe descontento, molestia, enojo, zozobra, impotencia, angustia.
Las crisis derivadas de la pandemia del Covid19 están a la vista, en el país 100 mil familias viven la pérdida de un familiar o a una persona cercana, y más de 1 millón viven con una persona contagiada; en Puebla casi 5 mil familias sufren la pérdida de una persona y casi 37 mil conviven con una persona contagiada, cifras oficiales que producen miedo, angustia, zozobra. A ello sumamos la de las familias que no les otorgan medicamento para las enfermedades terminales como el cáncer a sus hijas/os.
La pérdida de empleos es también muy alta y no se observa la intención de impulsar su generación, y en muchas familias ya hay una o más personas que sin empleo, no pueden llevar a sus hogares lo mínimo necesario.
Qué decir de la inseguridad, visibilizamos cifras, datos, necesidades y pareciera que no se quiere escuchar.
¡Claro! Que quisiéramos ayudar más, pero ¿cómo hacerlo? Si al paso del tiempo la esperanza de muchos en un nuevo gobierno en tan solo dos años ha venido a la baja. Una administración accidentada desde los primeros días, con una forma de gobernar disruptiva y mentirosa -leía a expertos en comunicación política que dan seguimiento a los mensajes del Presidente López Obrador que lleva ya 37 mil afirmaciones no comprobables- en sus declaraciones diarias, en esas tele noveleras mañaneras, con historias que no concluyen; ésta semana por supuesto una nueva, con la misma trama, usando los mismos hechos y hasta las mismas palabras que hace poco usaron para presentar al que entonces era el protagonista Emilio Lozoya que hoy ya pasó de moda, ahora, con un nuevo protagonista el expresidente Enrique Peña Nieto.
Tal vez como ya se lo han escrito al Presidente López Obrador “ver al pasado no le está permitiendo ver el futuro” incluso yo agregaría, pareciera que tampoco el presente, de ahí la preocupación que ya embarga a muchas familias sobre su actuar.
Y ese desánimo y confusión se acrecienta con la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para el próximo ejercicio fiscal (PEF2021), en el que esperábamos que los legisladores/as federales en términos de sus facultades reasignaran recursos a programas prioritarios y no sucedió así, sólo algunos ejemplos: eliminaron el recursos de las escuelas de tiempo completo que representaban la garantía de que las niñas/os tengan acceso a alimentos, redujeron en un 80% el recurso para construir carreteras, en un 42% los recursos al campo, en un 24% a los programas de mujeres rurales, más del 45% fue la reducción para las niñas/os con cáncer; recortan 2 mil 600 millones de pesos a programas contra la violencia de género y pro-igualdad, y quitan todo el recurso del fondo de movilidad para personas discapacitadas y el 100% de recursos a organizaciones de la sociedad civil que desarrollan acciones de protección a mujeres en condiciones de violencia. Tampoco asignan un recurso etiquetado -específico- para la compra de vacunas del Covid.
Para el estado de Puebla, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF2021) se redujo en un poco más de 6 mil ochocientos millones de pesos. Fue aprobado 83 mil 259 millones de pesos para ejercicio fiscal 2021, a diferencia del que se tuvo para el ejercicio 2020 de 90 mil 088 millones de pesos, lo que origina que tampoco haya certezas presupuestales para atender y enfrentar las necesidades que se avecinan. Hasta el presupuesto proyecta incertidumbre.
Después de 110 años angustia, zozobra, desesperanza, incertidumbre, descontento, molestia, enojo, impotencia.
¿Qué nos aguardará en un futuro inmediato y mediato si se sigue por este rumbo?
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@rgolmedo
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