Por Alejandro Mondragón
En las victorias o derrotas ya no existen los absolutos, hoy.
Y menos en un partido como Morena que urge de equilibrios para ganar todo lo que pueda, no lo que quiera, a efecto de garantizar la viabilidad de la 4T.
Cualquier otra cosa, menos que eso, será el principio del fin de la Cuarta Transformación que diseñó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El triunfo de Mario Delgado en las encuestas, cuya ratificación está en manos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, no representa la aniquilación del grupo político que representa los intereses, en el caso de Puebla, de la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco.
Le costará más trabajo, sí; no obtendrá lo que quería, también, pero hay un factor de equilibrio, le guste o no a Delgado y sus huestes en Puebla: Citlalli Hernández Mora, la nueva secretaria General.
Ella, que hizo equipo con Porfirio Muñoz Ledo, juega un papel clave en lo que serán las negociaciones para las elecciones del 2021.
Mario Delgado ya anticipó que no habrá reelección automática para quienes pretendan participar en los comicios del año próximo, pues ha resuelto proponer que se aplique el método de encuestas para las gubernaturas, alcaldías y distritos.
Eso implica meter en un proceso de evaluación de la militancia y simpatizantes, a todas las actuales autoridades que pretendan seguir en el cargo.
Por supuesto, al bote pronto se pueden señalar ganadores y perdedores, pero hoy Morena transitará por la tregua en pleitos internos, los acuerdos políticos del más alto nivel y quizá, lo más importante, anclar el trabajo partidista en el eje de los gobernadores, como jefes políticos regionales.
Nadie pierde o gana todo en los actuales tiempos, pero también es preciso reconocer que a los primeros les costará más trabajo ganar posiciones que a los segundos.
También las mayorías modifican guiones.
