Por Valentín Varillas
Fue una muy buena semana para el partido en el poder.
En esos días se dieron sucesos importantes que le ayudan a enfrentar de mejor manera el proceso electoral del próximo año.
Aunque de entrada parezca una visión simplista, la resolución del Trife que aprueba el registro de nuevos partidos políticos le favorece.
Con tres potenciales aliados y las posibilidades de conformar alianzas, coaliciones y pactos de apoyo en lo oscurito, existen condiciones para un mejor desempeño en términos de votos potenciales.
Muchas cosas pueden hacerse; las posibilidades son infinitas.
De paso, el tribunal se lo negó al partido de Felipe Calderón, quien en los últimos meses, había tomado la bandera mediática de la oposición a la 4T y específicamente al presidente López Obrador.
Bien o mal, los sondeos mostraban un potencial de voto a favor de México Libre superior al 10%, número que subiría de manera importante si hubiera competido formalmente en la elección.
Se equivocan quienes piensan que sin el partido de los Calderón en la boleta, la oposición se va a unir.
Las heridas entre el panismo y el grupo político del ex presidente están lejos de sanar.
La propia Margarita Zavala descartó públicamente cualquier intento de reconciliación con el blanquiazul.
Será difícil que el naciente capital político de su fallido partido, en los hechos vaya a significar más votos para Acción Nacional.
La detención del general Cienfuegos en Estados Unidos, también les ayuda mucho.
La comprobación de que, también en el sexenio del PRI se vivió un narco-estado, sube los bonos electorales de quienes se ostentan como los pilares del cambio político en México.
Al igual que en el caso de García Luna, el proceso legal en contra de quien fuera Secretario de la Defensa Nacional resulta demoledor en contra de quienes gobernaron en la administración anterior y sus aliados.
Muchos tienen la intención de competir por un cargo de elección popular en el 2021.
Lo pensarán dos veces ante el monumental descrédito que se les viene.
Si bien la detención de García Luna y Cienfuegos no es un logro del actual gobierno mexicano, quien sigue respetando aquellos pactos de impunidad que tanto daño le han hecho al país, le da la razón al discurso crítico que ha impulsado López Obrador desde que era candidato.
Es evidente que existe una real desilusión en una parte de los mexicanos que votaron por Morena en la elección presidencial del 2018.
También es cierto que, cuando se generan altas expectativas, aumenta el nivel de exigencia ciudadana y por lo mismo, se acelera el natural desgaste de gobernar.
Sin embargo, con todo y las consecuencias de la pandemia, los bonos de la 4T siguen cotizándose por arriba de los que le entregaron las instituciones del estado mexicano al crimen organizado.
Difícil pensar que esto ya cambió, pero tal vez sirva para que, los que están ahora a cargo del gobierno, pongan de una vez sus barbas a remojar.
Pero mientras esto no se demuestre con juicios como los que se llevan a cabo en contra de ex funcionarios de primer nivel de las dos administraciones anteriores, los beneficios mediáticos, políticos y electorales, se los va a llevar López Obrador.
