Por Rodolfo Rivera
Lo que está sucediendo en MORENA, a apenas 5 o 6 años de su creación como partido político no es nuevo. Es el resultado de la historia de la izquierda en México, eternamente dividida y enfrentada en liderazgos, facciones, revisionismos y radicalismos que siempre logran el objetivo: Los ciudadanos se hartan y no vuelven a votar por ellos.
MORENA ganó el poder no por ser un partido unificado y con estructura organizada en todo el país. Ganó porque tuvo un liderazgo mesiánico protagonizado por Andrés Manuel López Obrador y la gente votó un tanto por él y otro tanto porque era lo único diferente a los historiales corruptos del PRI y del PAN.
Pero una vez que el líder conquistó la ansiada Presidencia de la República, MORENA volvió a ser lo que siempre fue: Un nido de líderes grillos, envidiosos y conflictivos que jamás habían experimentado ser gobierno o representantes populares y que ahora pelean como borrachos por una botella vacía.
Sí, la historia de la izquierda en México. La historia el PRD, por cierto (recuerdo que quien acuñó la frase de que el proceso interno para elegir dirigencia “había sido un cochinero” fue Jesús Ortega, en uno de los tantos pleitos por la dirigencia nacional del PRD).
López Obrador fundó MORENA y el partido es de su propiedad. Dejó por primera vez que lo dirigiera Martí Batres (su siempre fiel escudero… quien sabe si hoy), luego él mismo, pero después se separó del cargo para dejarlo en manos de Yeidckol Polevnsky. Y desde hace menos de un año el grupo de Bertha Luján, opositor a la “advenediza” Polevnsky, en un madruguete por ser líder (Luján) del “Consejo Nacional”, la quitaron y pusieron como dirigente provisional al conflictivo ex líder del grupo “El Barzón” (el mismo que en 2002 entró a San Lázaro montado a caballo).
López Obrador había venido diciendo que la mejor forma de elegir dirigencia era por medio de encuestas, con la oposición y enojo del grupo de Luján y barzonistas. Incluso ha dicho que si siguen peleando él “se sale de MORENA”.
Y nadie esperaba que el INE dispusiera que fuera por encuesta el método para designar a la nueva dirigencia y así fue (quizás el Presidente presionó pero no se sabe realmente qué pasó).
Elegir por encuesta a una dirigencia de partido o un proceso de selección de candidatos es el oficio más ingrato para una encuestadora seria. En el BEAP nos ha pasado una y otra vez: Todos están de acuerdo cuando se les presenta la metodología. Pero una vez que se presentan resultados, TODOS los precandidatos que no salen con los porcentajes más altos, protestan, insultan, aseguran que el proceso fue amañado y un largo etcétera.
Eso es exactamente lo que está pasando hoy en MORENA a nivel nacional. El INE dispuso la encuesta como método y TODOS los aspirantes estuvieron de acuerdo. Porfirio Muñoz Ledo fue lanzado por el grupo de Bertha Luján más para dividir que para ganar… y naturalmente tuvo el porcentaje más alto de conocimiento.
Vendría entonces la segunda etapa de la encuesta. Solo para los cinco personajes (dos hombres y tres mujeres) que hubieran salido más “conocidos” en la primera fase.
Y efectivamente, hoy hay un empate técnico entre Muñoz Ledo y Mario Delgado (25.34% y 25.29% respectivamente) en los encuestados que respondieron a quién prefieren como dirigente nacional de MORENA.
NO es una “votación”, ENTIENDAN. No es que “se gana por un voto”, porque NO son votos. Son opiniones de una MUESTRA de ciudadanos que fueron encuestados. Hay un margen de error muestral (1.46% puntos porcentuales, pues la muestra fue de 4,500 encuestados en vivienda, aleatoriamente y solo a simpatizantes de MORENA, divididos en 1,500 por cada casa encuestadora, serias las tres y elegidas por insaculación de entre todas las que se inscribieron) y por eso la diferencia entre Muñoz Ledo y Delgado es menor al margen de error muestral, por lo que realmente NO se puede tener la certeza de quién está arriba de quién.
Ojalá se entienda: Si Muñoz Ledo tuviera al menos dos o tres puntos arriba de Delgado, sería el “ganador” indiscutible de la encuesta, PERO NO fue así.
El problema de prácticamente TODOS los que andan opinando es que NO entienden de encuestas y cuestiones de probabilidad y estadística. Pero entonces que NO acepten un método si NO le entienden.
Pero el problema NO es la encuesta. Si hubiera sido una “votación abierta” (ahí sí una votación en la que se gana “por un voto”) y ganara quien ganara, el otro hubiera dicho que el adversario “acarreó votantes”, que “el PRI y el PAN metieron las manos”, etc. etc. etc.
El problema de MORENA es que simplemente NO aceptan los resultados de NINGUN método y se van a pelar una y otra vez sea cual fuere el resultado.
En fin. Hoy Muñoz Ledo ya amenazó que “tomará” la sede de MORENA y jamás va a aceptar que perdió “porque no perdió”.
Delgado y 250 Diputados y 40 Senadores de MORENA dicen que debe haber otra encuesta. Otras decenas (menos, pero decenas) de Diputados dicen que Muñoz ledo ganó y que a Delgado lo apoya “el PRI” y es un fraude.
Martí Batres (por su odio a Monreal y a Ebrard) e Ifigenia Martínez (por su amistad octogenaria con el expriísta, igual que ella) apoyan al anciano Muñoz Ledo. Pero al parecer el Presidente López Obrador apoya a Delgado, junto con Marcelo Ebrard y por el momento también Ricardo Monreal.
¿Ustedes entienden algo?
¿Qué viene en MORENA?
¿Qué hará y dirá hoy López Obrador? ¿Se largará de MORENA como amenazó hace meses? ¿Aguantará los insultos de Muñoz Ledo, con quien no es la primera vez que entrará en conflicto (desde el PRD siempre fueron contrincantes)?
¿Se dividirá MORENA en fundamentalistas y revisionistas (¿más?) ¿Los inconformes fundarán otro partido? ¿Habrá un MORENA verdadero y un MORENA antiguo y aceptado como en la Masonería, tontería secreta a la que pertenecen la mayoría de ellos?
Y lo mejor: ¿Cómo diablos elegirán a sus candidatos para las ya próximas elecciones de 2021?
Y lo peor: ¿Ganarán en 2021?
Sí. Nada nuevo bajo el sol.