24-11-2024 04:16:53 AM

Golpe de timón

Por Jesús Manuel Hernández

 

Algo saben, algo necesitan, algo presienten, los dueños del dinero en Puebla, que comedidamente aceptaron una vuelta de timón frente a las divergencias planteadas por los presidentes de organismos empresariales respecto de la postura del gobierno de Puebla.

La amenaza emitida hace unos días en vías de la apertura de negocios, fue como un escopetazo al aire, con cartuchos sin municiones, no hubo tiro de precisión, más bien muestra de envalentonamiento y quizá de improvisación en la estrategia.

Miguel Barbosa cabildeó bien con los dueños del dinero y de las empresas que sí inciden en la economía poblana, los grandes, los que se mueven no siempre por intereses políticos, y hay que reconocer el trabajo en este cabildeo de la Secretaria de Economía Olivia Salomón.

Quizá algunos de ellos son socios de las cámaras que fueron arrimadas, pero, bien dice el dicho, “duele más el pellejo que la camiseta”.

Un escenario interesante comparado con el pasado cuando los cuerpos intermedios organizados planteaban y ejecutaban “paros comerciales” frente a las decisiones o indefiniciones del gobierno, y mostrando siempre, la IP, estar del lado de la sociedad.

Barbosa se anota un punto a favor, la derecha involucrada con la llamada IP, podíamos decir que metió autogol, sus dirigentes se mostraron más ofuscados por asuntos partidistas e ideológicos y no calcularon la trascendencia de sus declaraciones y como los pintores a los que les roban la escalera se quedaron colgados de la brocha.

Debe haber preocupación y reflexión en las dirigencias empresariales, han dejado de representar a los hacedores de la economía y se empinan a un precipicio en momentos donde se antojaba la colaboración, la unión por los poblanos.

Los liderazgos no están rebasados, más bien, los presuntos líderes no tienen afiliados poderosos en lo económico, sólo en lo ideológico y han pasado de ser un sector mediador a un club, quizá de Santiago, etiquetado con una corriente contraria a la 4T y favorable al morenovallismo.

 

Y todo ello sin duda es la resaca de la borrachera que tuvieron en aquellos años, cuando de defensores de sus afiliados desempeñaron el papel de colaboracionistas del gobierno.

O por lo menos, así me lo parece.

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