Por Rodolfo Rivera
Hablar de laberintos en el PRI (al igual que los de MORENA y el PAN) es hablar de su historia misma y de la historia del sistema político mexicano contemporáneo. Después de prácticamente un siglo (el XX) de hacerse del poder mediante una Revolución y mantenerse en él más de diez sucesiones presidenciales, perder la Presidencia en 2000, recuperarla en 2012 y volver a perder en 2018, hoy se debate en una profunda crisis que le coloca en lejanos terceros lugares en preferencias electorales en prácticamente todo el país.
Y aún con todo… sigue existiendo y planteándose alternativas para sobrevivir.
La Revolución Mexicana fue una lucha de caudillos por el poder. Todos se combatieron entre sí, hasta que el Gral. Álvaro Obregón completó un primer período presidencial, eliminando también a todos sus opositores. Plutarco Elías Calles heredaría el poder solo para preparar el regreso de Obregón, quien al estilo de Porfirio Díaz no quiso reelegirse de inmediato para respetar los “valores” de la Revolución.
Al terminar Calles, Obregón se lanza para la Presidencia nuevamente (en elecciones que eran una farsa y las ganaba quien tenía poder y armas). Dese luego gana, pero no pudo llegar a sentarse nuevamente en la silla presidencial pues moriría asesinado justo antes de tomar posesión en 1928. Fue entonces cuando Elías Calles y varios más crean el partido de todas las facciones revolucionarias, acordando turnarse el poder presidencial y repartir todos los demás niveles de autoridad y representación en los caciques regionales, ahora todos miembros del “Partido”. Así nació el Partido Nacional Revolucionario, que luego cambiaría el nombre a Partido de la Revolución Mexicana en tiempos de Lázaro Cárdenas, para finalmente quedar como Partido Revolucionario Institucional para las elecciones en las que ganó Miguel Alemán Valdés.
Y efectivamente, las facciones revolucionarias (la mayoría miembros de la Masonería mexicana) se fueron turnando el poder hasta la Presidencia de José López Portillo (quien llegó a decir en alguna entrevista que “él era el último Presidente Carrancista”). Las sucesiones de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo ya no obedecieron a las viejas reglas del sistema creado por Calles y por eso también el PRI sufre su primera gran escisión, con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo a la cabeza de una “corriente democratizadora” que en realidad es el primer eslabón que iría uniendo a la izquierda mexicana y que desembocó en MORENA a la fecha actual.
Sí, tanto el PRD como MORENA, tienen origen en las escisiones del PRI y hasta la actualidad, muchos de los principales liderazgos del grupo que hoy gobierna México… comenzaron sus carreras políticas en el PRI. Hasta el Presidente, por supuesto.
Carlos Salinas de Gortari, junto con Manuel Camacho Solís (líder y mentor de Marcelo Ebrard) fueron de los pocos que se dieron cuenta que el PRI necesitaba una buena reforma para continuar en el poder. Quizás hasta un cambio de nombre. Pero los viejos líderes y facciones nunca lo aceptaron y el resultado de esta pugna fue nada menos que el asesinato del que sería sucesor de Salinas, Luis Donaldo Colosio.
El sexenio de Ernesto Zedillo, que no provenía de un grupo importante de poder en el PRI, fue simplemente la transición para que en el año 2000 el PRI perdiera la Presidencia de la República, ante un electorado harto de la crisis económica y también harto de los viejos políticos del PRI.
En el año 2000 muchos daban por muerto al PRI, aunque seguía gobernando muchos Estados del país. Y justamente desde las Gubernaturas fueron fraguando el regreso, ante unos gobiernos del PAN que muy pronto desencantaron a un electorado joven que ya no recordaba las viejas pugnas por el poder entre el PRI y el PAN.
En 2012, gracias a que contaba con enormes recursos del Estado de México y con una campaña publicitaria muy bien diseñada, Enrique Peña Nieto gana nuevamente la Presidencia de la República para el PRI. No, el PRI no había muerto y regresó al poder.
Pero el resto todos los presenciamos. Lo que inicialmente parecía que era un “nuevo PRI”, con un joven y atractivo Presidente que llegó a aparecer en las portadas de muchas revistas del mundo, con los años se convirtió en una gestión más de la corrupción priísta, con excesos que hasta hoy estamos enterándonos.
El PRI en 2018 se fue a un lejano tercer lugar en las preferencias. Y ahí se ha mantenido en la mayoría de Estados, Puebla incluido desde luego.
Pero aún gobierna 12 Estados (incluido Campeche con Gobernador sustituto de “Alito” Moreno), con importantes bastiones como el Estado de México (el Estado que recibe más presupuesto en el país) y cientos (cerca de 1,500) de Municipios en todo el país.
Es cierto, el PRI cayó en preferencias nacionales al tercer lugar, pero aún conserva centenas de Municipios en los que, por increíble que parezca, la gente sigue votando por el partido tricolor (en Puebla gobierna 77 Municipios, pequeños en su mayoría, pero es el Partido con más Ayuntamientos del Estado).
Dese luego el desprestigio de muchos de sus gobernantes ha hecho caer demasiado al PRI en preferencias electorales. Las nuevas generaciones ya no se sienten identificadas con su propuesta y lo único que saben del PRI es que es un partido lleno de corruptos.
Hoy el PRI nuevamente se debate entre la lucha por sobrevivir o ahora sí desaparecer como opción electoral para los mexicanos (y poblanos). Por eso sus líderes ya han reconocido que ir solos en la próxima elección será “un suicidio” pues perderían irremediablemente en la mayoría de Distritos y Alcaldías.
Por eso algunos –como su propio dirigente nacional Alejandro Moreno- ya plantean una alianza con el PRD, que sería el preámbulo para una gran alianza Anti MORENA que incluiría hasta al PAN, su enemigo histórico.
La mega-alianza anti MORENA suena muy promisoria en el papel, pero en la realidad no va a ser fácil lograrla. Al PRI le dejarían “las sobras” en cuanto a candidaturas y otros líderes tricolores no están de acuerdo (René Juárez Cisneros, líder de los Diputados priístas y ex Gobernador de Guerrero dijo ayer que no cuenten con él para alianzas, en tiempos de pandemias, refiriéndose a la alianza “contra natura” con el PAN).
Además falta ver cómo operará y/o negociará el Presidente de la República con los liderazgos del PRI, para que no haya alianzas con el PAN… a cambio de no ser tan duros con sus Gobernadores en temas de cuentas públicas y “factureras”, tan en boga hoy en día.
Honestamente yo veo más probable una alianza soterrada entre el PRI con Presidencia de la República, que con su enemigo histórico, el PAN. Veremos en próximos meses el precio del PRI… que siempre ha existido.
En Puebla el PRI hoy está en lejano tercer lugar estatal y en prácticamente todos los Distritos (en Alcaldías varían las preferencias). Datos de encuestas serias.
Pero también es cierto que falta un año para la próxima elección. MORENA y sus gobiernos han recibido muchas críticas y oposición en tiempos de pandemia, y eso hace que en el PRI vean esperanzas para recuperar territorios perdidos.
El PRI siempre revive. ¿Lo logrará una vez más el año entrante?