Por Alejandro Mondragón
¿Y quién va a pagar la factura de la “nueva normalidad” en Puebla?
Los industriales, comerciantes y prestadores de servicio, sin duda.
Hasta el 15 de junio se plantea una reincorporación gradual y escalonada en los sectores productivos de la entidad.
Cuando lo hagan sólo operarán al 30 por ciento de su capacidad instalada, pero eso sí, deben reacondicionar instalaciones.
La disposición abarca a todas las actividades: cubrebocas, guantes, uso de termómetros, gel antibacterial, lavado constante de manos, separadores en zonas de alimentos y revisiones médicas.
Todo eso cuesta. Las empresas que no han tenido ingresos de venta por el confinamiento y han tenido que pagar salarios, ahora tienen que realizar desembolsos importantes para reconvertir las plantas industriales y los negocios en entes sanitarios.
Es una inversión millonaria, sin que hasta el momento se sepa de algún tipo de apoyo gubernamental para enfrentar “La Nueva Normalidad”.
Quizá lo más grave es que los empresarios tampoco han hecho un planteamiento claro.
¿De qué sirve que haya estado presente, Ignacio Alarcón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, durante el anuncio del reinicio de labores productivas en Puebla?
Como auténtico florero estuvo.
Ninguna deducibilidad de impuestos a quienes inviertan en medidas sanitarias para regresar a producir y cuidar la salud del personal.
Menos la petición de otorgar créditos a tasa cero para disponer de la liquidez que garantice la seguridad de empleados y trabajadores.
Nada.
Esos empresarios buenos para sumarse a otras grillas, en lugar de reclamar lo justo para el sector.
