Por Valentín Varillas
Empezó con Grupo Alsea.
La empresa propietaria en México de marcas como Starbucks y Domino´s Pizza, implementó drásticas medidas de reducción de gastos “no esenciales” en medio de la pandemia.
Sus trabajadores fueron los más afectados.
Atentando contra sus derechos fundamentales, parte de su plantilla laboral fue enviado a descansar por un período de 30 días, sin goce de sueldo, como requisito indispensable para mantener su empleo.
La opción del despido de acuerdo a lo que marca la ley, ni siquiera fue considerada.
Después, siguieron los supermercados.
Las grandes tiendas de autoservicio decidieron que no iban a pagar la renta en los espacios que ocupan al interior de centros comerciales o bien, a los propietarios de los terrenos en donde tienen establecidos sus faraónicos puntos de venta.
Walmart, Bodega Aurrerá, Soriana y demás, quieren aprovecharse arteramente de la situación actual.
Desde que empezó la pandemia, han roto récords de ventas de manera reiterada y están lejos, muy lejos de resultar afectados por la emergencia sanitaria y su consecuente confinamiento.
Al contrario.
Para ellos, el coronavirus ha sido un gran negocio.
Y es que, además de su negativa a pagar la renta de sus locales comerciales, han aumentado sus precios de manera significativa y sobre todo, injustificada.
Profeco ha iniciado 28 procedimientos administrativos en tiendas departamentales de Chihuahua, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Yucatán y Zacatecas por aumento de precios en productos básicos como huevo, tortilla, azúcar, frijol y aceite, así como cubrebocas y gel antibacterial.
Cientos de denuncias han sido presentadas por consumidores, contra tiendas de autoservicio y supermercados, en apenas dos meses.
No son los únicos.
Por disposición de su Consejo de Adminitración, el poderosísimo grupo FEMSA, propietaria de las minoristas Oxxo y 7-Eleven, envió un comunicado a sus arrendadores para darles a conocer las medidas a tomar durante la pandemia.
Generosos, ponen sobre la mesa dos opciones: “Un periodo de gracia por 3 meses de renta”- a partir de abril- o “la reducción de rentas por el periodo de abril a septiembre del 50%”.
Tienen más de 19 mil tiendas en México que, sobra decir, han vendido lo impensable en tiempos del coronavirus.
Y es que, por el confinamiento, millones de mexicanos han optado por comprar lo esencial en estos establecimientos, por quedar muy cerca del lugar de residencia.
Los afectados por esta medida distan de tener una situación económica privilegiada.
Muchos son personas de la tercera edad o familias cuyo ingreso depende al cien por ciento de la renta de sus pequeños locales comerciales.
Hoy, la están pasando muy mal mientras sus inquilinos se enriquecen en estos “tiempos difíciles”.
Así, mientras miles de micro-empresarios, propietarios de pequeños negocios, profesionistas independientes y quienes han tenido que recurrir a la economía informal como medio de vida, hacen circo maroma y teatro para no morir de hambre, los buitres de la pandemia lucran hasta la saciedad, sin importarles nada, cuando deberían de estar cerrando filas por el bien de la nación.
Habrá que tomarlo en cuenta al momento de decidir dónde y cómo comprar.