24-04-2024 10:53:05 PM

El “cochinito” de AMLO

Por Valentín Varillas

Bien definida tiene ya el gobierno federal, la estrategia para enfrentar con recursos propios y sin tener que recurrir a la deuda, las consecuencias económicas de la pandemia que azota al mundo por el Covid-19.

Al anuncio de echar mano de los recursos de los Fondos de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios y de los fideicomisos públicos que carecían de estructura orgánica (250 mil millones de pesos), se sumó una medida que le permitió al gobierno federal contar con recursos de inmediato.

En una de sus acostumbradas mañaneras, el presidente exhibió públicamente a los grandes deudores del fisco mexicano, quienes en ese momento tenían 50 mil millones de pesos pendientes, por concepto de pago de impuestos.

La amenaza de arreciar los procedimientos jurídicos, por la vía administrativa y en algunos casos penal, tuvo como consecuencia que ingresaran a las arcas nacionales cerca de 15 mil millones de pesos.

La “negociación” con los morosos, así definida por el propio jefe del ejecutivo federal, va a continuar y se espera que en corto plazo pueda quedar saldada, por lo menos, la mitad de la deuda.

Es decir, en el corto plazo, ingresarían otros 10 mil millones de pesos adicionales por la vía fiscal.

Pero eso no es todo.

Además, México se va a beneficiar de la medida aprobada recientemente por el G20 , en el sentido de posponer el cobro de los pagos e intereses de la deuda de países considerados como “economías emergentes”, entre ellas la mexicana.

Nuestro país paga  anualmente por este concepto 40 mi millones de dólares anuales. Podrá ahorrarse lo que quede pendiente de pagar hasta el cierre del 2020, para poder paliar los efectos de la emergencia.

Es un dineral si se convierte a moneda nacional.

Una auténtica lotería.

Falta sumar a esto, las reasignaciones presupuestales aprobadas recientemente por el legislativo federal, las cuales podrían llegar a los 180 mil millones de pesos de recursos federales.

Sume todo lo anterior.

La cifra final, es de llamar la atención.

Imposible saber a ciencia cierta si todo este dinero, histórico, líquido, prácticamente listo para gastarse de manera inmediata, va a ser suficiente para estar a la altura de los retos económicos y de salud pública que tendremos que enfrentar como país en el cortísimo plazo.

En mucho va a depender de que el gobierno federal sea capaz de definir una estrategia de gasto y asignación de recursos que tenga perfectamente definidas cuáles serán las prioridades a atender de manera inmediata.

Y en eso de la determinación de prioridades y el uso de la lógica como materia prima en la toma de decisiones de políticas públicas, la famosa 4T ha dejado hasta el momento muchas más dudas que certezas.

Ojalá que en este caso, la excepción se imponga a la regla.

 

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