Por Alejandro Mondragón
La policía municipal de Puebla también se quedó en casa, pues en plena pandemia las acciones brillan por su ausencia.
Se explica que lo haga la secretaria Lourdes Rosales, pues su presencia en las estrategias de control se ha agotado, peeeero la falta de autoridad en materia de seguridad pública nos debe ocupar.
Salvo detención de borrachines, ladronzuelos de tiendas o rateros de autopartes, los polis cumplieron con el #QuédateEnCasa.
Habría que señalar que la seguridad sí es una actividad esencial.
En contraparte, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado ejecuta el desmantelamiento de bandas de narcomenudistas que vivieron por años al amparo del poder.
Los golpes en casonas del Centro Histórico, Mercados y operativos in fraganti dan cuenta que se acaba toda una red de impunidad.
Mientras las autoridades estatales apuntan tiros de precisión, las municipales apuntalan su propaganda con presuntos “ataques certeros” a la delincuencia, a través de cuentas morenovallistas y de panistas de medio pelo que no sabe por qué razón siguen ahí.
Y ya se vio qué tan podridas están las policías municipales. Ahí están los ejemplos de San Martín Texmelucan, Amozoc, Tehuacán, Venustiano Carranza y ahora Ajalpan.
¿Con esa ausencia se pretende demostrar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que el Estado no debe intervenir en el control de la seguridad en la ciudad de Puebla?
Tanto se critica el origen chiapaneco del secretario de Seguridad Pública en Puebla, pero hasta el momento sus acciones contra la delincuencia van creciendo, mientras la vecina de Atlixco que dirige la municipal en la capital: bien, gracias.
