Por Karina Fernández
Puebla suma nueve muertes por COVID-19 y un total de 159 casos confirmados en la entidad de los cuales la mitad corresponden a contagios por transmisión comunitaria.
Así lo informó el secretario de Salud en el estado, Humberto Uribe Téllez quien admitió que la transmisión horizontal está adquiriendo mayor relevancia en la entidad.
En rueda de prensa, expuso que los decesos correspondieron a personas que reportaban otros padecimientos como hipertensión o diabetes, que complicó su estado de salud provocando su muerte.
De acuerdo con el funcionario estatal, la entidad sumó seis decesos hasta el pasado viernes mientras que el fin de semana se registraron tres muertes más.
Adicional a ello, 40 casos positivos han sido hospitalizados de los cuales 12 presentan cuadros graves por lo que han tenido que ser conectados a respiradores mecánicos.
“El dato doloroso es que se han confirmado nueve defunciones. El viernes teníamos seis, tres durante el fin de semana. Todas ellas son pacientes con morbilidades con dos o tres enfermedades más de base que hacen que una infección de este tipo se complique, desafortunadamente hasta la muerte”, dijo.
Detalló que los casos positivos han alcanzado a 19 municipios poblanos, donde el 52% de enfermos son hombres y 48% mujeres. Se sumaron a la lista Tehuacán, Ocoyucan, Huaquechula, Zautla y Cuautlancingo. La capital poblana es la que reporta más enfermos con 97 casos confirmados.
A la cifra de poblanos que han fallecido a causa de coronavirus en Puebla hay que sumar los 16 decesos de paisanos en el extranjero, principalmente radicados en Nueva York que también han sido víctimas mortales del virus.
Sobre el hecho de hasta el domingo, la federación sólo tenía registrado un fallecimiento en Puebla por coronavirus, Fernando Huerta, subdirector de Vigilancia Epidemiológica explicó que hay un desfase entre la información reportada con la publicada.
También a modificaciones hechas a la plataforma digital que utiliza la Secretaría de Salud así como a la resistencia de familiares que se niegan a reconocer la causa de muerte.
