21-11-2024 07:14:15 PM

Filosofar sobre lo cotidiano, profundidad accesible a todos

Por Abel Pérez Rojas

 

Filosofar en y sobre lo cotidiano, es decir, interpretar, contemplar, entender y comprender la realidad y cuanto existe desde lo más cercano en la vida diaria, es una cualidad importante que nos diferencia del resto de los animales y puede ser accesible a todos.

Lo anterior es vital en sociedades como la nuestra, en las que la mayoría de las personas estamos inmersas en una serie de compromisos repetitivos que dejan poco tiempo para pensar y reflexionar sobre cuestiones profundas que nos puedan permitir reorientar nuestra vida.

Para contextualizar lo que aquí vengo abordando, cito las siguientes líneas sobre qué es filosofar, tomadas de significados.com:

“La palabra filosofar se refiere a la facultad de pensamiento a través del cual la persona se permite contemplar, interpretar, analizar e incluso reflexionar sobre un tema en particular con el fin de entender la realidad.

“Por tanto, filosofar es el acto de pensar, en consecuencia no es una actividad que precise de instrumentos, técnicas o muestras sino, más bien, de la capacidad del individuo para contemplar e interpretar la realidad y a partir de ahí emitir un argumento o una opinión”.

Como puedes ver, la actividad filosófica está vinculada con el pensamiento, la reflexión y la intuición, de tal manera que quien filosofa estudia su alrededor empleando esas facultades que le caracterizan como homo sapiens.

En la medida que filosofamos nos entrenamos como seres pensantes y nos hacemos de mayores elementos que nos permiten apreciar la realidad a mayor profundidad.

En ese sentido, la clave está en la actitud frente a esa realidad, no en la parte de la realidad que tomamos para estudiar.

Todos podemos acceder a esos niveles de aprehensión de la realidad, pero como no todos tomamos una actitud proclive, entonces creemos que filosofar es una actividad exclusiva de quienes pasan horas y horas contemplando en el seno de algún campus universitario, pero no es así.

En realidad filosofar es algo muy cercano a nosotros, tan cercano que cualquiera que se serene un poco y agudice su capacidad de observación, podrá percatarse que detrás de la cáscara de las cosas hay una realidad latente que invita a ser descubierta.

Pensé todo esto mientras escribía mi poema Filosofar en lo cotidiano, el cual te comparto a continuación para explayarme en lo que he tratado de compartirte líneas arriba, sólo que ahora desde la riqueza del lenguaje poético.

Aquí mi poema Filosofar en lo cotidiano:

 

A veces se duda

que lo cotidiano

sea fuente de inspiración,

porque se aduce ausencia

de profundidad,

de los grandes dilemas,

de los debates interminables

y de las tesis sistémicas;

pero,

¿no acaso todo ello está en la piedra

que patea el vagabundo?

¿o en el marchitar de una rosa?

¿o en la mirada perdida de un niño de la calle?

¿no es el punto de fuga de la ancha avenida

que parte en dos mi ciudad

el eje central de una disquisición física?

En lo cotidiano sí hay fondo,

no es socavón vano

ni oquedad turbia,

es la mirada entrenada,

el pensamiento inquisitivo

y la inteligencia audaz

la que extrae el zumo de ello.

Lo cotidiano es

pretexto de poesía interminable,

es encuentro diario

para renovarse en lo cercano.

Lo cotidiano eres tú,

soy yo,

somos todos..

simplemente es.

De ahí abrevaremos,

nos renovaremos,

nos encontraremos

y por qué no,

también marcharemos en paz

para no volver jamás.

¿Verdad que vale la pena asumirse como filósofo de lo cotidiano?

Las respuestas están en tus manos.

Nos vemos en la próxima entrega.

 

 

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