Por Alejandro Mondragón
La política morenovallista de subsidios a la inversión privada automotriz comienza a cobrar factura en la economía poblana.
Más de mil 200 millones de pesos se entregaron en tres años, durante el sexenio de Rafael Moreno Valle, a empresas alemanas con el propósito de mantener empleos y cumplir con sus obligaciones con proveedoras.
Pues resulta que desde finales del año pasado, las firmas germanas dejaron de producir, retrasaron pagos a proveedores y empezaron a despedir trabajadores.
El argumento empleado fue la incertidumbre mundial y la indefinición económica del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, además de las dudas que genera la nueva elección en Puebla, tras el helicopterazo que cobró la vida a la gobernadora Martha Érika Alonso y el senador Moreno Valle.
En realidad, la industria automotriz poblana se escudó en ese escenario y la cautela de las inversiones de Alemania hacia la entidad, porque el fondo real tiene que ver con el paternalismo que vivieron durante el morenovallismo.
Volkswagen y Audi, junto a los clusters de autopartes han gozado de canonjías, subsidios y demás: exención de impuestos, becas al trabajo, fondos federales y estatales para ampliaciones y hasta apoyos en hospedaje para altos directivos de las compañías.
Se les acabó el paraíso morenovallista. Ahora presionan con despidos de personal, paros técnicos, suspensión de pagos a proveedores y la respuesta es que no saben para cuándo. Empiezan a afectar el ciclo productivo en la industria.
Para que tenga una idea de los múltiples beneficios que les regalaba el morenovallismo a la industria alemana, cheque los datos duros en tres años.
A Volkswagen le dieron 798 millones de pesos. A AUDI, además de la mega inversión por 17 mil millones de pesos para instalarse en Puebla, le asignaron un subsidio anual de 16.2 millones de pesos.
A Thyssenkrupp Presta de México S.A. de C.V., ubicada en el municipio de Huejotzingo, le otrogaron de nuestros impuestos 24.7 millones de pesos.
Gestamp, dedicada al diseño, desarrollo y fabricación de autopartes, dispuso de una partida por 19.7 millones de pesos.
Otras proveedoras automotrices como Huf México, Faurecia, SMP Automotive Systems México y PMP Auto México, fueron favorecidas por la administración estatal con 13.2, 8.1, 8 y 1.4 millones de pesos, respectivamente.
Muy oportuno sería conocer las condiciones de los acuerdos del morenovallismo con las empresas alemanas que encontraron en el erario un paraíso, cuya pérdida comienza a afectar la cadena productiva, de ahí que presionen a las próximas autoridades para mantener privilegios.
Qué chingones salieron.