18-04-2024 11:57:03 PM

Barbosa: todo el poder

Por Valentín Varillas

 

Un par de días antes de que se llevara a cabo el proceso legislativo para elegir al gobernador interino de Puebla y con la seguridad de haber diseñado una estrategia efectiva para arrebatarle la jefatura del ejecutivo estatal al grupo político del ex gobernador Moreno Valle, el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo comunicación directa con Luis Miguel Barbosa.

El mensaje fue claro, contundente, sin ambigüedades: “Llevas mano en el tema Puebla”.

La intención del mandatario no fue, con esta frase, obligarlo a volver a competir por el gobierno estatal en la elección extraordinaria próxima; más bien fue un compromiso de respetarle cualquier decisión que pudiera tomar con respecto a su futuro político.

Y es que, a pesar de que en apariencia, están dadas las condiciones para pronosticar que Barbosa podría tener un auténtico día de campo en el siguiente proceso, el que se convierta nuevamente en candidato, dependerá de varios factores que ya se analizan en el búnker “barbosista”.

El primero de ellos es personalísimo y tiene que ver directamente con el estado de salud en el que se encuentra el morenista.

Él, de la mano de los médicos que lo tratan, evalúan y monitorean, tendrá que concluir si está o no en un estado de salud que le permita enfrentar los requerimientos físicos de una segunda campaña estatal en un lapso de un año.

Lo anterior, tiene relación directa con las exigencias que deberá afrontar en los cinco años y meses que dure su mandato, si se convierte en gobernador.

El segundo de estos factores se relaciona con la rentabilidad electoral.

Después de una intensa primera campaña, y habiendo sido el centro de una férrea madriza mediática financiada por quienes en ese tiempo ocupaban lo más alto del poder político local, se tendrá que medir su posicionamiento entre el electorado potencial al momento de las definiciones.

Aquí, por lo pronto y sin saber todavía la fecha exacta que marcará la convocatoria para que los partidos elijan candidato, ya existen dos mediciones contradictorias.

Una encuesta, publicada por E-Consulta, mostraba una ventaja clara de Barbosa en contra de cualquier aspirante de Acción Nacional que decidiera competir en la extraordinaria.

Ayer, sin embargo, vía redes sociales, se manejo con insistencia una supuesta encuesta que evaluaba posibles candidatos de Morena al gobierno estatal y que ponía como puntero a Alejandro Armenta, por encima del propio Barbosa y de la senadora Nancy de la Sierra.

Si existe congruencia al interior del Movimiento de Regeneración Nacional, tendrá que ensayar el mismo método de encuestas mediante el cual eligieron a Barbosa la primera vez, por lo que el análisis constante de estos ejercicios estadísticos será importante para ir evaluando a los perfiles con más posibilidades de amarrar la candidatura.

El tercer y último factor a valorar, tiene que ver con la posible confección de un premio de consolación que sea lo suficientemente atractivo para Barbosa como para no competir por el gobierno estatal.

Es sin duda, el que menos peso específico real tiene en estos momentos para la toma de la decisión final.

No veo en el escenario un plan B que pudiera ser tan atractivo como gobernar un estado que maneja más de 90 mil millones de pesos anuales de presupuesto y que tiene una importancia muy grande en el mapa político nacional, por el número de votos que aporta al padrón electoral.

Mucho menos ahora que la unanimidad –sólo con una abstención- de los diputados poblanos, decidieron elegir como gobernador interino a un perfil completamente ajeno a los intereses políticos y económicos del morenovallismo.

Todo parece indicar, por los elementos que se tienen en este momento –apenas una instantánea de la realidad actual-, que Luis Miguel Barbosa es amo y señor de su futuro político.

Que el aval presidencial recibido apenas hace unos días, le otorga un cheque en blanco que simplemente tendrá que llenar de la manera en la que él considere, será la más benéfica para su proyecto de vida y para su futuro político.

Ya quisieran muchos estar en una situación de privilegio tal.

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