Por César Musalem Jop
1.- En el pasado, cuando existió en México un solo partido político llamado PRI. Cuando fuimos: “Mucho gobierno; poca sociedad; escasa o nula presencia internacional”; el federalismo soñado por los liberales radicales existía sólamente en los pronunciamientos del gobierno federal, dados en ceremonias, homenajes o encuentros.
2.- El federalismo era ritual verbalístico y nada más; el centralismo supuestamente aniquilado por una guerra dada, entre otras en el siglo XIX existía en todo su esplendor practicándose sobre todo en los territorios ayunos de capital generador de empleo o de ideas inteligentes, escapándose de ese centralismo solo cuatro geografías: la del esplendor económico, industrial, cultural, llamado Monterrey con vecinos que fueron absorbidos; Guadalajara “La Perla de Occidente” ahora devorada por la infra estructura urbana de Zapopan; Mérida en Yucatán, pletórica de empleos, diarios, comercio con Cuba y Nueva Orleans, identidad independiente casi secesionista, y Jalapa, Veracruz, donde hace una década abrían sus puertas más de 80 galerías de arte, cientos; ¿leyó bien? cientos de orquestas de todo tipo, con florecientes capacidades editoriales, una extraordinaria universidad, diversos liceos o institutos privados educativos.
3.- Con estos dones, generados por la distancia del mando centralista, el poder político partidario, invariablemente estaba presente, aunque no muy vigilante, pues los enviados del César como delegados federales preferían la comodidad de las thermas del Hotel Royalty, la comida de moda en la Zona Rosa, o los desayunos en el Cadillac.
3.1.- Ausencia de representantes de las dependencias federales, que sumando decenas pasaban; (¿pasan?) desapercibidos en entidades del centro dominante, para beneficio del vecindario de esos estados, o con labores casi masónicas (por lo críptico o de suma discreción) de sus actos administrativos.
4.- El tema es que el pasado no tan remoto, nos dice que con Carlos salinas de Gortari existieron hasta 16 renuncias de gobernadores por causas evidentes, todas ellas inventadas, difundidas, o generadas en la prensa del D.F., bien por que no vendieron publicidad a los gobiernos, bien por que sus columnistas no fueron debidamente atendidos, “como se lo merecen”, bien por cometer los gobernadores o las sociedades estatales conductas ajenas.
4.1.- Pues “hete aquí” decía Pedro Ángel Paluo “El viejo”, que algunos, pocos por cierto, diaristas nos lanzan a diario a los poblanos en periódicos debidamente editados, mensajes para que demos paso a la sensatez, la democracia electoral, la armonía, la unidad, admitiendo la realidad legal de todo lo político.
5.- Estos llamados avisan a quienes los atienden, que Puebla está en guerra, librando batallas diarias en todas las aldeas, ciudades, colonias, con gente armada morenista vs panistas. Peleas que no veo, no se verán, pues la poblanidad civilizada es.
5.1.- Lo electoral, lo decide lo electoral. Las torpezas son borradas por la inteligencia. Los intereses de ambas partes se entenderán. Están en guerra: los que queremos seguridad pública; empleos; buena salud; honradez en los gobiernos; “hermosos caminos poblanos sin obstáculos” como en el Chilam Balam de Chumayel.
NUESTRA CASA.- Me dice una señora de clase media media en el metrobús: Le leo, a usted, a veces, diga que a los que no andan con nosotros en metrobús, escriban mejor sobre sus coches. ¡Servida Doña Antonia!.