23-11-2024 09:31:17 PM

Fuego lento

Por Jesús Manuel Hernández

 

Hace algunos meses en esta colaboración se dejaron en blanco y negro dos premisas sobre las consecuencias de un proceso electoral viciado, incierto y con dejos de fraude al menos desde la óptica ciudadana. Pero el tema necesitaba del juicio profesional, jurídico; finalmente, la elección se judicializó y está en manos del tribunal.

Aquí se dijo que había dos salidas para resolver la impugnación del proceso de elección de gobernador en Puebla, una lenta y otra rápida. La más conveniente al morenovallismo sin duda era la vía rápida, fast track, que permitiría la transición y el empoderamiento de la gobernadora con miras al cambio presidencial.

La otra era a fuego lento, dándole vueltas muy lentas para que fuera soltando los jugos, dejando la estela del dolor, del miedo, del desasosiego, esa que genera insomnios y aumenta el mal carácter.

Y por lo hasta ahora visto, quienes detentan el poder en los tribunales electorales, optaron por la última, por dejar cocer lentamente el caso para aumentar los temores de todos, especialmente de quienes se alzaron con el triunfo.

También aquí se escribió hace unos meses que la elección en Puebla y su tratamiento en el escenario político pasaba, como en el ajedrez por una jugada de los expertos: para salvar al rey, a veces hay que sacrificar a la reina.

Y curiosamente se van asociando las dos premisas del análisis. El ex gobernador y hoy senador, enfrenta un problema muy serio, si la sentencia es favorable a su esposa, el proyecto divulgado por el magistrado José Luis Vargas Valdez será el fantasma que persiga al gobierno, plagado de versiones más cercana al fraude electoral que al ejercicio democrático del voto, lo que generará incertidumbre y fomentará la ausencia de gobernabilidad inmediata.

Si la sentencia anula la elección, el senador enfrentará cotidianamente la responsabilidad de haber sido el autor intelectual y quizá material del fraude electoral, un asunto que le perseguirá hasta la mismísima presidencia de la bancada panista del senado, todos sus dichos y pronunciamientos estarán siempre etiquetados bajo la premisa del fraude electoral.

Quizá por eso la primera reacción de Martha Erika Alonso sea amenazar con que irá a la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, el signo de la derrota.

O por lo menos, así me lo parece.

 

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