Por Jesús Manuel Hernández
El pasado domingo 12 de agosto los poblanos no solo vimos protestas en las calles contra el fraude electoral o la violencia vivida el 1 de julio; también escuchamos a miles gritar en contra del ex gobernador y la presunta candidata ganadora.
Las consignas contra la persona parecieran ser gratuitas y no precisamente debidas a una instrucción de quienes convocaron a la manifestación.
La frase “Moreno Valle, te queremos en la calle” seguida de algunas palabras más hirientes, fueron la constante de los contingentes.
Y si bien la marcha tuvo más participación de militantes de los partidos que contendieron al lado de MORENA Puebla, faltó esa parte de la sociedad poblana que sí estuvo presente en la primera marcha cuando la sociedad civil convocó al margen de las instituciones políticas.
Esta diferencia pudiera ser en el futuro inmediato la mejor herramienta para desaparecer o consolidar la percepción de que hubo un fraude electoral, al margen de la intervención de los tribunales.
A los poblanos que vivimos las marchas en 1983 cuando la complicada y violenta elección de Jorge Murad y Ricardo Villa Escalera, nos queda claro que el factor más importante de indignación fue el enojo ciudadano más que la convocatoria de Acción Nacional. Esta característica obligó a Murad a tender los puentes de plata no con los dirigentes del partido, ni con el candidato perdedor, sino con los actores de la sociedad poblana, con los grupos de poder.
El escenario actual presenta un panorama un tanto confuso, pues los presuntos líderes sociales, están en el mejor de los casos opacados por el morenovallismo, y en el peor totalmente sometidos.
Los líderes empresariales de aquellos tiempos tenían una independencia total de la influencia del gobierno, los de ahora están metidos hasta la coronilla en los asuntos del morenovallismo.
Como ejemplo valga la pena citar el desempeño de empresarios que en el pasado organizaron los paros empresariales, o aparecían en desplegados locales y nacionales cuestionando la verticalidad de las elecciones en todos los órdenes.
El líder empresarial del pasado daba la cara por la sociedad, el de ahora lo hace por sus intereses, por sus negocios.
La reflexión viene a cuenta por la declaración hace unos días de Manuel Clothier Jr. a quien en esas fechas le invadieron sus tierras en Sinaloa, era el sexenio de Miguel de la Madrid; el hijo de “Maquío” declaró a la revista Proceso 2179, “el entonces presidente de Coparmex, Alfredo Sandoval, anunció en la Ciudad de México que viajaría a Sinaloa para solidarizarse con el expresidente de ese organismo.
“Inmediatamente después de este anuncio, otro amigo de Clouthier, el líder empresario Jorge Chapa Salazar, le dijo: ‘Me acaba de hablar Bartlett y me dice que si retiras la demanda penal contra los invasores, se salen inmediatamente.
“La respuesta fue: ‘Jorge, dile a Bartlett que ya no tengo prisa, que ya se pueden quedar los invasores en mi propiedad. Ya viene Alfredo Sandoval, y aquí le vamos a echar chingadazos. Y ahora el que se espere sea él’”.
Alfredo Sandoval, empresario poblano, hoy está retirado de los organismos empresariales, su generación fue la de líderes comprometidos con la sociedad, no con los intereses políticos y personales como los de hoy.
Tal vez por es la Coparmex Puebla, no actuó igual cuando el caso del intento de expropiación del rancho de Emilio Maurer.
O por lo menos, así me lo parece.