23-11-2024 11:12:04 AM

Narcisismo azul

Por Alejandro Mondragón

 

¿Por qué razón Rafael Moreno Valle cree merecer la dirigencia nacional del PAN y también la coordinación de la bancada panista en el Senado?

 

Está claro que se le imputa el fraude electoral en Puebla.

 

Se le señala por abandonar al partido, candidato presidencial y panistas a otros cargos en este 2018.

 

Hay elementos de deslealtad hacia el panismo, como favorecer a los suyos en otros partidos para apoderarse de posiciones, a favor de quien le garantice obediencia absoluta.

 

Usó la traición como método para negociar su suerte política.

 

Incumplió acuerdos y culpa, eso sí, a sus aliados de los yerros, pero se apodera de victorias ajenas.

 

 

Moreno Valle cree que entregó las mejores cuentas con la gubernatura de Puebla, hoy cuestionada en tribunales, sin Senado y diputaciones federales. Se quedó sin la mayoría legislativa local y las alcaldías panistas se perdieron por sentirse Dios.

 

Ignora la realidad. Está convencido que es el único que puede devolver al PAN la confianza, cuando en los hechos él no entregó las cuentas que prometió.

 

¿Por qué esa visión política de sentirse el salvador de la patria?

 

Moreno Valle está convencido que él es un panista apreciado y respetado. Tiene su corte de aduladores, lo respaldan otros gobernadores porque financió sus campañas y dispone de un aparato propagandístico.

 

No alcanza a dimensionar la realidad: en Puebla fue el impresentable de la campaña, los principales negativos de Martha Érika Alonso son por su culpa y todavía así sigue con las imposiciones.

 

Anda desconectado de la realidad.

 

Todo apunta, explican los expertos, a que el mandatario padece de grandiosidad que lo aleja de la autocrítica.

 

“Tiene un grandioso sentido de auto importancia (por ejemplo, exagerar los logros y las capacidades, espera ser reconocido como superior, sin unos logros proporcionados).

 

“Está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios.

 

“Cree que es ‘especial’ y único y que sólo puede ser comprendido por, o solo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) que son especiales o de alto status.

 

“Exige una admiración excesiva.

 

“Es muy pretencioso, por ejemplo, expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial o de que se cumplan automáticamente sus pronósticos.

 

“Es interpersonalmente explotador, por ejemplo, saca provecho de los demás para alcanzar sus propias metas.

 

“Carece de empatía: Es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.

 

“Frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás lo envidian a él.

 

“Presenta comportamientos a actitudes arrogantes o soberbios”.

 

Debería checarse.

 

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