Por Rocío García Olmedo
Una no puede sustraerse a reflexionar sobre algunos asuntos que considero de altísima importancia visibilizar, por la enorme importancia que representa observar las reacciones de quien llevará las riendas de este nuestro país a partir del 1 de diciembre próximo Andrés Manuel López Obrador, por seis años.
Para dar contexto, es importante recordar -como todas/os sabemos y en muchos lugares seguimos padeciendo- que el sismo del 19 de septiembre del año pasado provocó graves daños. Los trabajos de reconstrucción requerían entonces -y ahora- de una gran cantidad de recursos económicos. Algunos partidos políticos se solidarizaron, -eran tiempos de campaña- y devolvieron parte de los recursos públicos producto de prerrogativas que les otorga la ley, a manera de sumarse al apoyo de los damnificados.
Recuerdo que el PRI por ejemplo, regresó las prerrogativas públicas que recibiría de los meses restantes de 2017 (2ª quincena de septiembre, octubre, noviembre y diciembre). Y MORENA, como en los últimos 12 años en voz de Andrés Manuel López Obrador, -quien para entonces ya era el candidato a la Presidencia de la República- a pregunta expresa señaló por enésima vez su falta de confianza a la “mafia del poder” para entregar recursos, ya que dudaba que llegaran a los damnificados, decidió por ello otorgar directamente las ayudas, vía la creación de un Fideicomiso que denominaron “Por los demás” señalando -en aquél momento- que su partido político (MORENA) donaría -a manera de aportación- el 50% de sus prerrogativas públicas.
Muchas, muchos, hemos comentado frecuentemente que “percepción es realidad”. Aunque sigo creyendo en esto, en los últimos días, pareciera que ya no es así, me explico:
Hace algunas semanas vivimos un proceso electoral con una altísima participación ciudadana solo comparada con una elección del siglo pasado. Ello habla, de la confianza ciudadana a una de las Instituciones fundadas justamente para fortalecer la democracia electoral y garantizar el ejercicio de los derechos político-electorales de la ciudadana, basados en sus Principios rectores, de legalidad, certeza, imparcialidad, objetividad, independencia y máxima publicidad: el Instituto Nacional Electoral (INE); incluso al triunfo contundente de Andrés Manuel López Obrador, en los días subsecuentes al día de la jornada electoral, se leían loas para esta Institución y quienes fungieron como autoridades electorales, por haberse mantenido dentro de la legalidad, por parte del mismo candidato triunfador, seguido de las personas afines a este proyecto. La percepción se tradujo en la realidad.
Sin embargo, hace apenas unos días, esta misma Institución aprobó una sanción económica a MORENA, fundamentada en que el Fideicomiso “Por los demás” creado con motivo del apoyo a damnificados del sismo no fue reportado a esta Institución. La percepción positiva, fue modificada de tajo. Ahora el INE es catalogado, como una institución que hace uso de la “venganza”.
Más llamó mi atención, la defensa que asumió quien es el “ya casi” Presidente Electo de México Andrés Manuel López Obrador, -el plazo máximo para entregarle la Constancia de Mayoría que lo acredite como Presidente Electo, es el 5 de septiembre, aunque se ha declarado que podría adelantarse la entrega, si las resoluciones a las diversas impugnaciones concluyeran antes- porque la percepción que tenemos todas/os los mexicanos es que durante su gobierno se va a “acabar con fueros y privilegios” y se va a “eliminar la corrupción y la impunidad.” Habrá pues que empezar, porque él sabe, que su partido político MORENA debió haber entregado información al INE por la creación del Fideicomiso, más aún -dicho por él mismo- creado con el 50% de recursos provenientes de prerrogativas públicas (recursos públicos) y de donaciones privadas que tienen que transparentarse, a efecto, de prevenir conductas contrarias a la normatividad en materia de financiamiento y fiscalización. No olvidar que en ese momento estábamos inmersos ya en una campaña política. Lo comento además, porque él no es el Presidente en funciones del partido político sancionado.
De ahí que me pregunto ¿Por qué Andrés Manuel López Obrador asume de facto la defensa de un tema que debiera ser abordado en su totalidad por las autoridades de su partido político? ¿Por qué fomentar el encono en contra de una Institución a la que hasta hace unos días aplaudían por su desempeño y su legalidad, cuando lo que está haciendo es asumir justamente una de sus facultades?
¿Por qué no dejar que sea MORENA el que siga los cauces jurídicos y que sean las autoridades las que resuelvan si hubo o no por parte de ese partido político un uso ilegal de los recursos públicos y privados que manejó este Fideicomiso?
Si no hay nada que ocultar, si como él mismo aseguró y acusó, que la sanción es de “mala fe” y es una “actitud facciosa de la Institución” ¿Por qué no permitir que se vaya al fondo de la investigación? No olvidar que ya tuvimos experiencias como el caso que nos ocupa y que tal si resulta que entra en el supuesto de un probable financiamiento paralelo a un partido político, lo que sería ilegal.
La reacción del candidato a Presidente de la República ya Electo ante la sanción del INE a MORENA, me recordó el ensayo de Alberto Fernández -recomiendo su lectura- en el que aborda los “privilegios de la negación plausible” concepto que en muchos casos y diferentes momentos ha incurrido López Obrador ante “manejos financieros oscuros” (Letras Libres, 20/07/2018).
Urgente por eso observar y hacer visible que se está confundiendo. La campaña política concluyó, no es más candidato, tampoco es, Presidente de MORENA. Su papel en el ejercicio de gobierno cuando tome protesta del cargo, es diferente al que debe conducir su partido político ante la defensa de lo que puedan considerar sus dirigentes actuales -tal vez también piensen- que la sanción sea “una vil venganza del INE” o que “hubo complot en la Secretaria de Hacienda” en contra de MORENA.
Ahora entiendo por qué incluyó en el Punto 11 de sus “50 medidas de austeridad y combate a la corrupción: Cancelar Fideicomisos.”
Si percepción es realidad, con ello tácitamente estaba reconociendo que este tipo de actos jurídicos bilaterales basados en la confianza; también y muchas veces, pueden ser usados para actos ilegales, aunque las causas que lo originan sean muy nobles y que en muchos casos los Fideicomisos probablemente se crean con recursos cuya procedencia y manejo no es del todo clara o es ilegal. Qué bueno que a partir del 1 de diciembre se van a cancelar.
“Eliminemos la corrupción y la impunidad en México” “Al margen de la ley nada. Por encima de ella nadie” “Amor y Paz”