Por Valentín Varillas
Se llama Humberto Hidalgo.
Oficialmente, forma parte del grupo de operadores electorales con los que cuenta el PRI poblano para echar a andar su estrategia de obtención de votos de cara al proceso electoral de julio próximo.
Varios candidatos en una buena cantidad de distritos, federales y locales, en la capital y municipios conurbados, cuentan con él para tener un desempeño medianamente digno en la elección.
Asistió en su momento a reuniones en donde se manejaron los perfiles a los distintos cargos de elección popular, fue testigo del palomeo y del veto, acompañó a algunos a su registro como precandidatos y posteriormente su unción formal.
Es una presencia constante en varios encuentros, en donde se reúnen estrategas se generan acuerdos, se pactan compromisos y se fijan metas.
Hasta ahí, todo bien.
Sin embargo, muy en lo oscurito, Humberto Hidalgo tiene otra vida.
Y es que, en realidad, sirve a otro amo, a su verdadero y auténtico dueño: Diódoro Carrasco, Secretario General de Gobierno en Puebla.
Así como lo lee.
Este personaje vive aquella intensa dualidad del marido infiel que en la esquizofrenia marital tiene otra familia e hijos y que, mientras no sea sorprendido en flagrancia, jamás confesará el alcance de sus pecados.
La diferencia aquí, es que a Hidalgo, esta convenenciera dualidad no parece ocasionarle la menor angustia, mucho menos remordimientos, al contrario, parece sentirse orgulloso de ella.
En este contexto y gracias al dinero que devenga cada quincena en la dependencia encargada de la gobernabilidad interna estatal, hasta el escritorio de Carrasco Altamirano llega, puntualmente, un reporte con toda la información referente al PRI poblano, sus acciones, planes, proyectos y demás temas referentes a la campaña y sus candidatos.
Lo interesante aquí es saber si todo esto se hace con el conocimiento o no del líder del tricolor poblano, Jorge Estefan Chidiac.
Y es que, el tufo de la negociación con el morenovallismo apesta cada día más a medida que se acerca el día de las definiciones.
La teoría de que, otra vez, el estado está entregado y que ahora el PRI servirá de comparsa oficial para integrar un frente común de facto, tiene cada vez más sentido.
Y el hecho de que operadores de altos vuelos de ese partido cobren en gobernación, la refuerza enormemente.
Por cierto, quien acercó a Humberto Hidalgo a Diódoro Carrasco tiene también fuertes lazos con el Revolucionario Institucional.
Se trata de María de los Ángeles Mendoza Escalante, subsecretaria de desarrollo Político de la Secretaría General de Gobierno actual, hija de Jorge Luis Mendoza Velarde, quien fungiera como subsecretario de Administración de la Secretaría de Finanzas en el sexenio de Mario Marín Torres y quien el año pasado buscó la presidencia municipal de Martínez de la Torre, Veracruz, por la alianza PRI-PVEM.
¿Verdad que aparentan ser lo mismo?
Pareciera que en Puebla, desde hace varios año, gobierna un grupo con idénticos intereses, que simplemente se reparte el pastel de los beneficios que supone estar en lo más alto del poder político local, aunque algunos, oficialmente no lo estén y se atrevan a vestir el hipócrita traje de “opositores”.
Son muchos más de los que siquiera imaginamos.