Por Rocío García Olmedo
Hace ya algunos añitos, una mujer marcó e impulsó mi vida académica y política en la línea de trabajo que ha sido la constante en mi participación política al interior de mi partido político (PRI) los estudios de mujeres.
El pasado 8 de marzo, ella recibió en sesión solemne del Senado de la República, el reconocimiento “Elvia Carrillo Puerto” instaurado en 2013 para ser otorgado a “la mujer que haya sido acreedora por su destacada labor en el reconocimiento, defensa, protección, ejercicio e investigación de las Derechos Humanos de las Mujeres y de la igualdad de género en nuestro país”
Maestra de muchas de nosotras fue un verdadero privilegio escuchar en su intervención dando -como ella sabe- toda una cátedra, llena de anécdotas, reflexiones, documentada, crítica, pero pro-positiva y muy amena, tal cual es ella.
María Elena Chapa es sin duda una Maestra de Maestras.
Ahí nos encontramos muchas mujeres para escucharla, una gran parte somos integrantes de la Red Nacional Mujeres en Plural, grupo que suma a expertas mujeres, académicas, investigadoras, políticas de todos los partidos políticos y sin partido político.
Sus comentarios, una vez más me hacen reflexionar, en torno a la incursión de las mujeres en los cargos de representación política en los momentos actuales que estamos construyendo en Puebla, así como hace algunos muchos añitos, cuando llegó a ser la dirigente nacional y yo era la estatal, de lo que en aquel momento se llamó el Congreso de Mujeres por el Cambio del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ¿Cómo garantizarles a las mujeres poblanas una participación equitativa en este proceso electoral? ¿Cómo prever la violencia política a la que están siendo sometidas por parte de otros/as o de sus propias familias ahora que han decidido registrarse para ser postuladas como Presidentas Municipales? ¿Se logrará sólo aplicando la normativa?
Porque cómo bien señaló la Chapa -como de cariño la llamamos- “vivimos en un perpetuo estado de minorías” herederas de una represión donde no caben las aspiraciones políticas “todo está bien mientras no te atrevas a aspirar políticamente a un cargo, mientras te estés calladita, no pasa nada”. Parecía que sus palabras describían algunos hechos reales y actuales de Puebla.
Algo más tenemos que hacer en los partidos políticos, y las estudiosas y activistas en este rubro, el Principio de Paridad nos alcanzó en Puebla y ya no hay regreso.
Todas lo hemos comentado, las precursoras nos abrieron el camino, nosotras tenemos que mantener la puerta abierta para otras. Y sí, “se requiere fuerza, tiempo, competencias y recursos humanos para que las mujeres logremos conciliar nuestros intereses diversos, sin sacrificar ninguno” pero la violencia política “#NoEsElCosto” que las mujeres deben pagar por participar en espacios de tomas de decisión.
Y creo que como muchas que elegimos como quehacer esta ruta, deberemos continuar transgrediendo un orden para defender los derechos de las mujeres, pero siempre como la Chapa nos enseñó con la esperanza de por fin lograrlo.
Recuerdo unas palabras que recién volví a escuchar: “Como mujer, el feminismo me ha hecho el regalo más grande que se pueda dar a nadie; el don de mí misma. He aprendido a tenerme respeto, confianza, simpatía y consideración…” (Anilú ElíasPaullada, 1970)