Por Abel Pérez Rojas
En una de sus acepciones las personas miserables son aquellas que se comportan con vileza, perversidad y con maldad.
Quienes roban la ayuda a los damnificados son miserables porque pese al caso de emergencia no les importa ni el dolor, ni la pena del otro.
En ese nivel se encuentran lo mismo los asaltantes a mano armada y los funcionarios o políticos que acaparan o desvían la ayuda de la sociedad civil para chantajear con las necesidades apremiantes.