Por Jesús Manuel Hernández
Semana de revelaciones y muestras del estado de la nación en decadencia. Veamos:
Un senador panista, Javier Lozano Alarcón que aparece en fotografías junto al principal implicado en el tema del huachicol, recibiendo una camioneta de lujo en dudosas circunstancias.
El mismo senador que acusa al primo del ex gobernador y aspirante presidencial, Sergio Moreno Valle de haber sido el enlace con el mafioso Othón Muñoz Bravo, alias “El Cachetes”.
Un candidato al pase automático de Procurador a Fiscal General de la Nación implicado en temas que despiertan o confirman dudas sobre su honorabilidad, el Ferrari domiciliado en un fraccionamiento usado para evadir impuestos.
Cinco senadores panistas que votaron unidos al PRI y calificados como traidores, que rectifican en un documento su “pública e indeclinable” posición de votar en contra del procurador que se bajó del Ferrari.
Una denuncia del portal Animal Político y “Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad” de Claudio X. González Guajardo, sobre el desvío de 192 millones de dólares del presupuesto federal a través de empresas fantasmas, todo relacionado con el Ejecutivo Federal.
El registro ante el INE del llamado Frente Ciudadano por México, integrado por PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, que jugarán juntos en 2018, no en coalición, pero sí contra el PRI y López Obrador, o sea una revelación más de que los maquillajes los ponen igual por fuera, aunque por dentro estén fracturados.
Un país que da muestras a pasos agigantados de aproximarse al agotamiento del sistema presidencial amparado por los medios televisivos.
Por si fuera poco, al PRI-gobierno no le alcanzaron los votos para instalar la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, evento desconocido en los últimos 60 años, lo que pareciera es un triunfo de Ricardo Anaya.
Sin duda un enorme socavón que se mantuvo tapado de un pavimento muy frágil detenido con alfileres y que ahora puede hacer caer al PRI a la cloaca.
O por lo menos, así me lo parece.