Por Rodolfo Rivera Pacheco
En una semana han sido aprehendidos –en el extranjero- dos ex Gobernadores mexicanos –Tomás Yarrington y Javier Duarte de Ochoa- acusados de enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, nexos con el crimen organizado y decenas de imputaciones más. Unos delincuentes, pues.
Hay varios más acusados de lo mismo en este momento. Algunos ya se dieron a la fuga y otros siguen en México pero ya ubicados para enfrentar posibles procesos penales. El origen partidista es variado, pues aunque predominan los priístas (por ser el partido que más Gubernaturas poseía en su momento), también hay varios panistas (Padrés, Reynoso Femat) y en su momento algunos perredistas han sido acusados de lo mismo (Narciso Agúndez en BCS o Pablo Salazar Mendiguchía en Chiapas).
Vamos, el problema no es el partido por el que arriban al poder. El detalle es que no conozco a ningún Gobernador que después de dejar su cargo viva en la miseria o de prestado, o bueno, por lo menos en una decente medianía. Por el contrario, todos, una vez que abandonan el poder, son potentados empresarios, dueños de numerosas propiedades de todo tipo y viven en lujosísimas residencias.
¿Pues cómo le hacen? Porque sabemos que ni ahorrando hasta el último centavo de sus sueldos y prestaciones durante sus mandatos, les alcanzaría para pagar todo lo que poseen al terminar sus cargos. Claro, algunos cínicos aseguran que “siempre fueron ricos” y que la Gubernatura no les dejó todo lo que de por sí ya tenían. Ajá.
Entonces, ahora el linchamiento nacional es contra Javier Duarte o Yarrington porque “ya cayeron”… y por supuesto todo mundo está pendiente cuándo caerá el otro Duarte de Chihuahua o Roberto Borge de Quintana Roo o algún pájaro de cuenta más. Pero… ¿Y todos los demás que permanecen en funciones?
¿Por qué la persecución mediática y legal es implacable con todos los ex Gobernadores, pero no pasa nada mientras están en funciones? Hay varios motivos…
En primera, porque mientras son Gobernadores, no pocos de ellos han tenido o tienen de aliados o socios a funcionarios del propio Gobierno federal en turno (priísta o panista, no se hagan), con quienes hacen fabulosos negocios beneficiando a constructoras o empresarios que dan moche parejo a federación y gobierno estatal.
Segundo, porque mientras los Gobernadores ostentan el cargo, apoyan a otros políticos de otros Estados para que busquen también cargos de elección popular o bien a algún aspirante a la Presidencia de la República y después todos ellos –incluso el Presidente de la República que esté en funciones- los apoyarán para hacer negocios o bien para que también busquen otro cargo. Una asquerosa cadena de complicidades y tapaderas recíprocas, pues.
Tercero, porque siendo Gobernadores controlan a Congresos estatales y las Auditorías u órganos de fiscalización naturalmente son controlados por su partido a través de los Diputados y funcionarios que son sus empleados y que desde luego también gozan de privilegios, moches y van amasando sus respectivas fortunitas (y fotunotas). Un asco.
Y cuarto, porque los medios de comunicación solamente son terriblemente implacables con los Gobernadores o funcionarios que ya dejaron el cargo, pero a los mismos que jamás criticaron mientras ejercían el poder, por las obvias razones de los jugosos convenios con el presupuesto estatal para no ser atacados ni denunciados por actos de corrupción. Y si algún medio “ataca” a algún Gobernador en funciones es justamente porque no ha llegado a algún acuerdo o convenio todavía. Son tan obvios. Da risa cuando un medio “crítico” repentinamente deja de “atacar” a un gobernante. Cínicos.
Y repito, los Gobernadores ladrones provienen de todos los partidos. Hoy están de moda los priístas. Pero los panistas también han hecho de las suyas en todos los Estados donde han gobernado. Y los perredistas también. Falta ver qué harán los de MORENA, que por cierto provienen… de todos los demás partidos.
El resultado de toda esta cochina trama de complicidades es lo que estamos viviendo hoy en día. Una bola de ex Gobernadores rateros –algunos ya denunciados o capturados pero otros aún paséandose y hasta dando conferencias con absoluta impunidad y cinismo- y una sociedad y opinión pública asqueada con la captura del momento… pero que no se da cuenta de que hay en este momento rateros en funciones abusando y robando –y hasta cantando- y nadie dice nada.
Sigamos festejando la captura del siguiente ex Gobernador. Mientras, el que está en funciones que siga robando.
Felices Pascuas.