Por Jesús Manuel Hernández
Si alguien tenía dudas sobre cómo será el comportamiento de la administración de Antonio Gali Fayad, hoy tuvo una muestra de que al menos, en los primeros meses ejercerá como tutor el mismísimo Rafael Moreno Valle.
No será fácil quitarse el marcaje, habrá esfuerzos por lograr la independencia en corto, pero ante los reflectores el gobernador electo está cooptado por el proyecto presidencial.
Para los gobernadores salientes el sexto informe casi siempre ha sido de agradecimientos, pero nunca de inicio de campaña, el de este domingo se convirtió en el escenario de un arranque más que formal por la candidatura presidencial, aunque no se sabe a estas alturas si en el PAN tendrá cobijo; aunque haya venido, el alejamiento con Ricardo Anaya es más que notable, la mala relación con Margarita Zavala, ni se diga.
Pero el acercamiento con el PRD de Graco Ramírez se ve más que interesante, ambos caminan por la misma senda, buscando abrir el ostión y colarse.
Quiérase o no, guste o no, Rafael cerró un ciclo en Puebla con una luz que sus antecesores no tuvieron. Para Gali, Graco y demás gobernadores invitados, el lugar que Moreno Valle ocupa es el de presidenciable, y ese es un asunto que por sí mismo le pesará en el arranque al nuevo gobierno.
O por lo menos así me lo parece.
