Por: Valentín Varillas
Domingo Yorio Saqui es ya, de acuerdo con las autoridades federales, el primer inculpado en las investigaciones que se llevan a cabo para demostrar desvíos, irregularidades y corruptelas en el trunco gobierno de Javier Duarte en Veracruz.
Según las indagatorias, el amigo del hoy ex mandatario, como director del catastro, habría ocultado información sobre los bienes de quien es hoy, sin duda, el villano favorito de la política nacional.
Ex alcalde y diputado por Papantla, Yorio Saqui tiene una historia en Puebla.
Primero, como delegado de la extinta Secofi y más delante de Profeco, lo interesante de su paso por el estado tiene que ver con la política y de manera específica con la vida interna de su partido, el PRI.
Amigo cercano a Enrique Jackson Martínez, fue elegido por él para venir a la entidad en el 2007 y defender sus intereses en la coyuntura del proceso para elegir al nuevo dirigente nacional tricolor.
El veracruzano, desde su llegada, detectó e hizo pública la descarada cargada que en Puebla se operaba a favor de la contrincante de Jackson y favorita para ganar, Beatriz Paredes Rangel.
Los apoyos se operaban y financiaban sin ningún pudor desde la oficina principal de Casa Puebla, por órdenes del entonces gobernador, Mario Marín.
Todos le entraban.
Desde dependencias oficiales hasta la estructura del partido en Puebla.
Junto con Germán Sierra Sánchez, Yorio Saqui se enfrentó sin miedo a los marinistas, denunciando la enorme inequidad que regía en el proceso.
Las presiones iban desde las modestas “invitaciones” a no favorecer a Jackson, hasta la compra de conciencia y las amenazas abiertas.
Las acusaciones incluían, además de a Marín, a su Secretario de Gobernación, Javier López Zavala, al líder del PRI poblano, Valentín Meneses y a Maximiliano Silerio Esparza, delegado del CEN tricolor.
Una auténtica mafia que consiguió que, al más puro estilo priista, Beatriz Paredes arrollara en el estado, obteniendo 450 votos contra apenas 68 de Jackson.
Cuentan los enterados que Marín intentó varias veces bajar del barco de Jackson a Yorio Saqui.
A través de sus operadores y en una ocasión él personalmente, invitaron al veracruzano a “bajarle de huevos” a las críticas y descalificaciones.
Le vendieron una y otra vez que el problema no era con él, pero que con Jackson el tema era insalvable.
El sinaloense se volvió “Intransitable” para el marinismo, ya que fue de los pocos priistas que emitió durísimas críticas en contra del poblano, después del escándalo Lydia Cacho.
Jackson no se anduvo por las ramas y culpó a Marín y Ulises Ruiz por el desastre del PRI en la elección presidencial del 2006, en donde pasó a ser tercera fuerza política nacional.
La factura la cobrarían menos de un año después.
Yorio Saqui jamás escuchó el canto de las sirenas.
Amigo de sus amigos, hoy le toca pagar muy caro su amistad e incondicional con Javier Duarte.
El panorama para él, luce más oscuro que nunca.
Cosas de la política.
