Por: Rodolfo Rivera Pacheco
Hoy es una verdad que medio mundo en México comparte: El PRI es el partido más desprestigiado y sus gobiernos –federal y en los distintos Estados- están pésimamente evaluados por la gente, además de que asegura en su mayoría, que el tricolor es el partido por el que nunca votaría en una siguiente elección. Peor imposible.
El Presidente Peña Nieto, después de que en su primer año asombró al mundo y logró reformas que estaban postergadas desde hacía décadas, para la tercera parte de su sexenio es el mandatario más criticado y aborrecido por la población y sigue cometiendo errores absurdos una semana sí y la que sigue también.
Las redes sociales se han convertido en el centro de catarsis popular donde los mexicanos descargan todo su odio y desprecio hacia los políticos en general y desde luego contra las autoridades. Y Peña Nieto es el blanco favorito ya de cualquier ataque cierto o inventado. Y de las redes pasa naturalmente a la opinión pública en general y hoy las encuestas colocan a Peña Nieto en su peor momento: Los mexicanos de cualquier sitio simplemente lo reprueban y aborrecen.
Y en el PRI como partido hacen muy poco para ayudarse. La imposición de Enrique Ochoa Reza, que en un principio dejaba la duda de que podría ser un acierto por no ser un político conocido o de las mafias en su interior, la verdad es que ha sido una verdadera decepción. Por un lado lo que se sabe de su fortuna personal y su jugosa indemnización de CFE lo colocan ante la gente como un personaje rico y corrupto. Y ahora su gran idea de expulsar del partido a Gobernadores salientes pone al PRI como el partido más apestoso de todos por el bumerang lanzado: Ellos mismos se reconocen como una bola de ratas.
¿Y en Puebla el PRI tiene remedio o alguna posibilidad para una siguiente elección… en el ya cercano 2018?
Al día de hoy muy pocas. Luego de perder la elección en junio pasado, la gente tiene ya escasas simpatías hacia el tricolor. Pero además, sus propios miembros, precandidatos todos a algo (en 2018 elegiremos TODO en Puebla y hasta parece que faltan candidatos) vienen cometiendo los típicos errores de los priístas en los Estados donde ha perdido el poder: Todos se pelean contra todos, todos le echan la culpa a los otros de la debacle, todos denuncian que el otro es el traidor y todos… comienzan a ser cooptados por el gobierno de oposición en turno.
Así ha pasado ya en Jalisco, Chihuahua, Aguascalientes, Nuevo León, y un largo etcétera: Los propios priístas son los encargados de destrozarse entre ellos y el partido que les arrebató el poder una ocasión, lo hace varias veces más. Hasta que la vieja clase política priísta va despareciendo y es sustituida naturalmente por sangre joven y nuevos grupos y vuelve a ganarle al PAN o al PRD el gobierno en esos Estados.
Pero hay casos graves. En Baja California o Guanajuato el PAN no ha vuelto a perder una elección y desde hace más de 20 años sigue conservando el poder. O en Jalisco, donde estuvo tres sexenios.
La pregunta para los priístas es: ¿Eso es lo que viene para Puebla? ¿Que el morenovallismo (que no panismo) gobierne de forma dinástica los próximos 20 años?
Hoy todo indicaría que así puede suceder. Todo está en contra del PRI. A nivel nacional desprestigiado como nunca. Y a nivel estatal sin poder, sin recursos y totalmente dividido. El mejor escenario para que los morenovallistas festejen y sonrían hacia el futuro.
Entonces… ¿Hay o no posibilidades para el PRI hacia la próxima elección?
Bueno, ya lo he dicho antes. En la política mexicana actual ya todo puede suceder y las cosas cambian de un día para otro. Hace un año el PAN estaba en la lona y el PRI ganó la mayoría en el Congreso de la Unión (y ya había pasado Ayotzinapa y la fuga del Chapo). Nadie hubiera pensado que un año después las cosas serían exactamente al revés.
No. El PRI no está muerto en Puebla. Lo sigo midiendo una y otra vez y aún hay muchas personas que responden en las encuestas que sí votarían por el PRI. Incluso con el factor MORENA ya en el ambiente electoral y en el conocimiento de la población.
El PAN ha estado arriba varias veces en Puebla capital y zona s conurbadas. Pero después pierde elecciones. Tengo las curvas partidistas ascendentes y descendentes desde hace casi veinte años.
Y es que todo depende de los candidatos, eso es definitivo. Las coyunturas nacionales influyen en el voto. Las mapacherías roban unos puntos porcentuales. Pero en definitiva, una buena campaña con un magnífico candidato o candidata, mueven las tendencias, aún cuando un partido tenga el poder y recursos. De hecho así ha ganado el PAN contra gobiernos priístas.
Sí. Si en 2018 hay un extraordinario candidato –hombre o mujer-, con una magnífica campaña de contraste y denuncia permanente de los excesos del actual gobierno, con un extraordinario manejo de redes sociales y recursos tecnológicos, con slogans y manejos de discurso creíble y entusiasta y con una operación de unidad con los grupos hacia el interior del tricolor… Puede haber sorpresas.
Sobre todo porque MORENA también estará jugando un papel importante. La verdad es que ningún precandidato de MORENA sobresale o es conocido por la gente. Está realmente difícil que ganara una elección estatal. Pero sí dividirá el voto anti PRI. Y si PRD va también por su lado dividirá aún más. Y si el PRI fuera en alianza con el Verde, Panal y algún otro en todo el país sin excepción. Y si hubiera dos candidatos extraordinarios, uno a la Gubernatura y otro a la Alcaldía de la capital, más extraordinarios candidatos en los principales Municipios del Estado, más excelentes candidatos a Diputados Federales y Locales que operen con conocimiento y estrategia sus regiones. Y si en el PAN impusieran como candidata a la esposa del Gobernador y la gente lo viera como un exceso mayúsculo…
Quién sabe. En una de esas…
Desde luego hoy son fantasías y el reto para el PRI es brutal, monumental. Pero ya nada es imposible en este México y su tan especial democracia.
Creo que es buen momento de ir haciendo FODAS de todos los precandidatos de todos los partidos ¿no?
