Por Jesús Manuel Hernández
No es que sólo Loret de Mola no supiera en este país que Rafael Moreno Valle quiere la candidatura para el 2018, tampoco que Ricardo Anaya haya tenido miedo de asistir al supuesto debate o encuentro entre aspirantes a competir en la interna de Acción Nacional, toda una trampa.
Menos, que se haya formado un frente común para dejar fuera al presidente del partido o presionarlo para que dé el paso y acepte tomar una disyuntiva: o candidato o dirigente.
Simplemente el jueves por la mañana Televisa echó a andar su juego formal para el 2018 con una de las fuerzas políticas con capacidad de competir. Y eso sí que es un cambio, pues Televisa bloqueó durante décadas a los aspirantes de Acción Nacional, fue sin duda, y sigue siéndole a su manera una férrea defensora del sistema ideado por el PRI:
Hace ocho años lo hizo más burdamente en favor de Peña Nieto. Y por lo visto la empresa de comunicación no está dispuesta a perder terreno en su fuero meta constitucional.
Loret es el alfil en este juego. Primero se convenció de que Anaya no iría, como lo confirmó en su columna del viernes en El Universal, y luego soltó la entrevista para dejar en claro que Televisa y a quienes representa tienen dos cartas en el PAN.
Y no es extraño que sean estas dos personas las que más han aportado en los últimos años al ingreso de la empresa. Felipe Calderón les dio mucho, y de los gobernadores Rafael, es quien más ha aportado desde el primer año. Recordemos el caso del CRIT, ahí están las filtraciones de intento de transparentar los gastos publicitarios disque para promover el Estado. ¿Acaso hemos olvidado cuando el gobernador habló de la receta del mole de su abuela en un programa dirigido a posicionarlo en las familias mexicanas al inicio de su gobierno?
Margarita, cómo siempre fresca, natural; Rafael, como siempre extremadamente estudiado intentando demostrar que él, si sabe cómo enfrentar a López Obrador y al PRI, y ambos en favor de las alianzas.
Por desgracia para ambos, Peña no ha sido precisamente un buen producto del canal de las estrellas; es más, ha sido de los productos más comprometedores. Recuérdese la poco habitual entrevista dada a El Universal por Azcárraga Jean para desmitificar aquello de que Televisa hace presidentes.
Y a cómo está el ánimo de los mexicanos, la bendición de Televisa más bien parece el “beso del diablo”.
O por lo menos así me lo parece.