Por: Rodolfo Rivera Pacheco
Hemos platicado aquí mismo de la situación del PRI en el ámbito nacional. En pocas palabras, hemos dicho que al día de hoy tiene escasas posibilidades de ganar una elección. El detalle es que esa elección no es hoy sino dentro de dos años. Y créanme, en política todo cambia no de un año a otro, sino de un día a otro.
Y en Puebla ocurre algo similar.
Sí, si hoy hubiera elecciones, es una perogrullada decir que el PRI perdería irremediablemente. Acaba de perder una elección estatal y hoy nadie le da la más mínima posibilidad de que pueda recuperar la gubernatura y las principales Alcaldías.
¿Qué le pasó al PRI? ¿Por qué hoy todos ya le extendieron su acta de defunción y hasta se burlan de sus posibilidades electorales (los mismos que ayer eran convencidos priístas, marinistas, anti-panistas…)?
En primer lugar el PRI ha venido perdiendo votos de manera constante desde hace al menos diez años. Su voto duro se ha venido reduciendo paulatina pero puntualmente en cada proceso electoral, al grado que en la última elección de hace un par de meses apenas rebasó el medio millón de sufragios en todo el Estado.
Pero eso le ha ocurrido no solo en Puebla, sino en todo el país. El PRI ha perdido votos por todos los motivos que ya explicamos en la columna anterior y en nuestro Estado no ha sido la excepción. Hartazgo de la gente, corrupción de sus Gobernadores, jóvenes que ya no se identifican con los partidos tradicionales y todos los motivos que usted quiera agregar.
Sin embargo en Puebla hay que añadir uno demasiado importante: Las acciones del Gobernador actual, que justamente proviene del propio PRI. Rafael Moreno Valle ha sabido operar en contra de su ex partido justamente porque conoce a todos sus operadores y liderazgos regionales y municipales y su metodología ha sido más que simple: Los ha sumado a su causa a cambio de cargos, recursos o amenazas. Y prácticamente todos han sucumbido a alguno de estos factores.
Moreno Valle ha sabido ir desmantelando de operadores (mapaches, pues) y líderes a su ex partido y eso le ha traído estupendos dividendos. En cada Municipio y en cada proceso electoral se ha esperado a ver qué personajes o aspirantes se enojan de que no les toca una candidatura y de inmediato entra en contacto con ellos y los suma a su causa por despecho, traición o simple interés. Al final ha ganado en casi todos los Municipios donde ha puesto en práctica su método.
Y los priístas obviamente siguen cayendo una y otra y otra vez. Desde luego no a todos les cumple lo prometido, pero una vez que consigue sus objetivos pronto se olvida de todo y se dedica a preparar la siguiente elección. Vaya, podemos criticar de todo a Moreno Valle menos de que no sea listo y de que no conozca a los priístas para sumarlos a su causa.
Pero aún hay más razones por las que el PRI sigue y puede seguir perdiendo en Puebla. Rafael Moreno Valle, siempre listo, también se propuso controlar todas las instituciones que pudieran servirle a sus objetivos y poner incondicionales en ellas. Hoy maneja a su entera satisfacción el Congreso Local de mayoría de su partido y con Diputados de oposición comprados o controlados, las dirigencias de los principales partidos (a excepción del PRI al momento actual), el Instituto Electoral del Estado (hoy OPLE), el Órgano de Fiscalización o Auditoría del Estado, la Comisión de Acceso a la Información u órganos de transparencia en el Estado, la Fiscalía General del Estado, la Comisión de Derechos Humanos, televisoras, estaciones de radio abierta y principales periódicos del Estado, los organismos empresariales y Cámaras de servicio, los Colegios de Profesionistas, las principales Universidades y un largo etcétera. Vamos, yo creo que Moreno Valle controla hoy hasta a los Boy Scouts en Puebla.
Lo escribí hace meses: Haciendo la comparación con un partido de fútbol (dicho por un viejo mapache del PRI) ¿Cómo ganar un partido si el árbitro, la cancha, el Estadio, los policías, el público, la publicidad, el reglamento, el propio equipo está infiltrado, solo se dejó entrar al público del contrario… todo pues, está al servicio o comprado por el adversario? ¿Cómo ganar? Prácticamente imposible.
Volvamos entonces a nuestro cuestionamiento original. ¿Puede o podría ganar el PRI en Puebla en próximos escenarios electorales? Y una vez más respondo. Al día de hoy, imposible. Pero faltan dos años para la siguiente elección.
Si bien el actual Gobernador controla todo, incluidos los mapaches del PRI, también es cierto que nadie es eterno, que hoy sus prioridades parecen estar en su probable candidatura presidencial, que a muchos priístas no les ha cumplido y su rencor ahora se le puede revertir, que su propio grupo está fracturándose naturalmente, que su liderazgo no puede durar para siempre, que las traiciones también se dan entre panistas morenovallistas, que en el PRI muchos ya se han dado cuenta de lo que les ha venido sucediendo, que puede haber candidatos frescos antimorenovallistas que hagan “click” con un electorado que también se harta de gobiernos panistas… y un largo etcétera.
Reitero: El PRI nunca muere en otros Estados y siempre regresa pasando una, dos o tres gestiones panistas o perredistas. La gente ahora ya busca alternancia y se vuelve sumamente exigente con los gobiernos del PAN que tanto pregonan honestidad y combate a la corrupción pero siempre terminan cometiendo los mismos excesos del tan odiado PRI. Vaya, el PAN siempre termina perdiendo Estados donde había logrado ganar.
Y si sumamos a todo este cocktel el que el gobierno estatal de Antonio Gali será muy corto, con recursos escasos, con conflictos abiertos o soterrados entre los precandidatos morenovallistas, en el que harán crisis muchas de las obras morenovallistas inútiles, y supuestamente cuando el Gobierno federal priísta NO quiere perder la Presidencia y tendrá necesariamente que buscar ganar Estados con buenos candidatos… entonces las cosas pueden no ser tan determinantes para el PRI en 2018.
¿Y quiénes pueden ser o son los aspirantes del PRI con verdaderas posibilidades de hacer un buen papel y hasta ganarle al morenovallismo el Estado en 2018?
Pues no me queda más remedio que hacer un buen FODA de cada uno de ellos. Ya vendrán encuestas serias al respecto, pero hoy son ingratas para hacer pronósticos electorales. Una burrada, pues.
De eso tratará mi próxima columna (no de burradas, sino de FODAS).
Pufff.
