03-05-2024 09:31:05 AM

Morenovallismo y discurso priista; La visión de @Quintamam

Por: Juan Manuel Mecinas

En su columna del pasado 3 de mayo, Mario Alberto Mejía (MAM) –periodista, poeta y mi amigo– afirma que a los priistas antimorenovallistas se les agotó la narrativa de la Puebla desdibujada.

En parte discrepo y en parte coincido con su columna:

La popularidad del gobernador

La primera razón que sostiene Mario Alberto estriba en el incremento en los índices de popularidad de Rafael Moreno Valle.

No estoy de acuerdo en que el incremento de popularidad del gobernador afecte el discurso priista. Los alemanes adoraban a Hitler, los italianos a Mussolini –como casos extremos–, por lo que la Historia nos enseña que la popularidad sirve de muy poco para preferir un argumento democrático sobre otro.

Que el gobernador sea más popular no hace inútil el discurso priista.

Los diarios marinistas

Afirma Mejía que esos priistas han querido vendernos la imagen de una Puebla devastada en los temas de seguridad, combate a la pobreza y productividad, pero la realidad y los datos duros contradicen a los propagandistas.

El argumento de Mario hay que dividirlo.

Es cierto que hay periodistas priistas que durante el sexenio no han tenido un matiz que deje ver algún avance o algún logro de esta administración. Esos periodistas tienen el juicio nublado (Michael Corleone dixit) porque odian al gobernador. No hacen periodismo, sino su tarea la asumen como una misión espartana de destrucción de todo lo que huela a Moreno Valle.

Muchos de ellos eran marinistas, cierto. Escribían en sus periódicos o aparecían en programas de televisión defendiendo al góber precioso y denostando a Lydia Cacho. Todos los conocemos. Tiene poca legitimidad para enarbolar causas democráticas y periodísticas, cierto.

Sin embargo, mi querido amigo MAM olvida que, así como hay periodistas priistas, también los hay morenovallistas.

La radio está llena de ejemplos de locutores a los que en seis años se les ha olvidado la crítica como elemento indispensable de su labor. Además, durante la campaña ha sido patético el manejo de medios que el morenovallismo ha realizado, utilizando a los medios con menor credibilidad para golpear a la candidata del PRI.

No pretendo defender a Blanca Alcalá y decir que su casa de 13 millones o sus negocios sean transparentes, sino pretendo criticar el uso de medios para dar a conocer esas noticias justo en medio de una campaña política.

Las versiones del enriquecimiento inexplicable de la candidata se han visto degradadas porque el morenovallismo ha utilizado como instrumento de difusión a los medios con menor prestigio. No es casualidad que las “investigaciones” o los “borregazos” informativos surjan justo en época electoral y surjan justo en los medios más desacreditados.

MAM critica a los medios priistas y le concedo razón. Pero también echo un falta una crítica a los medios vendidos al morenovallismo. Todos sabemos quiénes son. Todos sabemos de qué pie cojean. Todos sabemos que el dinero –y no la labor periodística– es lo que los mueve.

Pobreza

La segunda parte del argumento es la relativa a la imagen de una Puebla devastada en diversos temas. Mario Alberto quiere ver el vaso medio lleno, cuando las cifras son de un vaso casi vacío.

Parto de una realidad: ningún gobierno tiene una varita mágica para terminar con el problema de la pobreza de manera instantánea.

Tomando esto en consideración, las cifras no ayudan al morenovallismo. Las cifras oficiales disponibles (a 2014) muestran que el gobierno de Moreno Valle falló en el combate a la pobreza.

No se puede presumir del combate a la pobreza cuando se tienen 4 millones de pobres en la entidad. Los datos de Coneval arrojan que entre 2010 y 2014 el número de pobres creció. Faltarán los datos a enero de 2017 para saber la pintura final del sexenio de Moreno Valle, pero el panorama no es alentador.

El mismo Mario Alberto lo advierte: “no todo en Puebla funciona como tiene que funcionar”.

La pobreza es un claro ejemplo.

Por eso, a los priistas no es que la narrativa se les haya acabado, sino que han sido incapaces de utilizarla de manera adecuada.

¿Alguien ha oído a los priistas repetir hasta la saciedad que estamos en una Puebla pobre?

Nadie.

El agotamiento del que habla Mario Alberto no es tal. No se ha agotado, sino que el argumento no lo han usado por miedo (de que les reviren que esos mismos datos demuestran la ineficacia de programas contra la pobreza del gobierno federal) o por cálculo político (aunque poco comprensible)

Lo que es preocupante, en todo caso, es que ni Blanca ni Gali expongan cómo van a abordar el problema de tener 4 millones de pobres.

¿Qué harán?

No hay propuestas concretas.

Más allá de que MAM tenga razón, o de que esta crítica sea certera, lo indignante es que el tema esté ausente en la campaña.

La analogía con el PP

Curioso: Mario Alberto hace una analogía del morenovallismo con el Partido Popular, el partido más corrupto de España.

Yo no creo que la analogía sea correcta, aunque no deja de llamar la atención la analogía con el partido corrupto.

Primero: Rajoy no es Moreno Valle. Con ello no pretende denostar al gobernador, sino todo lo contrario. Como animales políticos, el Presidente del Gobierno en funciones de España es un sinvergüenza (Pérez-Reverte, dixit) que además es incompetente. La analogía me parece que no favorece al gobernador poblano.

Segundo: Según MAM, el PP ha sufrido la mayor embestida de la que se tenga memoria. No obstante, el PP sigue siendo la primera opción de los españoles.

MAM se equivoca: el PP no ha sufrido ninguna embestida, sino que se ha visto envuelto en temas de corrupción.

La diferencia con el morenovallismo es que la justicia española está cercando a los altos mandos del Partido Popular, mientras que en Puebla no hay un solo caso en el que el morenovallismo haya sido juzgado. El ejemplo más claro es Chalchihuapan. Alguien ejecutó mal las órdenes o alguien se excedió en ordenar un desalojo con mayor fuerza de la legalmente debida. Pero ni una cosa ni la otra han llevado al responsable o responsable al banquillo de los acusados. En España el sistema de justicia está funcionando. En la Puebla de Moreno Valle ningún juez, y mucho menos el fiscal, ha juzgado al morenovallismo.

Tercero: el PRI no es el PSOE, no es Podemos y no es Ciudadanos. Ya quisiéramos que en algún momento la candidata del PRI le dijera al gobernador o a Gali que no son decentes como Sánchez se lo espetó con razón y con enjundia a Rajoy.

Morenovallismo vs. Marinismo

Por último, Mario Alberto lanza una afirmación casi irrefutable: no estamos peor que con Marín ni las cosas están como hace seis años.

Cierto.

Yo no creo que el Estado esté peor en algunos rubros. Hay datos y obra pública que muestran una diferencia entre Marín y Moreno Valle.

Sin embargo, el problema (y casi se puede decir que la ventaja) de Moreno Valle es medirse con el marinismo.

¿El marinismo fue una época oscura?

Sí. Lo dicen los morenovallistas y muchas personas.

¿Fue una época de dispendio sin resultados?

Sí. Lo dicen los morenovallistas y muchas personas.

¿Fue una época sin obra pública?

Sí. Lo dicen los morenovallistas y muchas personas.

Así las cosas, superar una época con esas características tampoco era una labor titánica.

No obstante todo ello, si el marinismo es ese diablo que el morenovallismo hace aparecer cada vez que electoral o políticamente le conviene, una pregunta sigue en el aire: ¿por qué no hay un solo responsable de esa época oscura, turbia, corrupta, sin resultados, de atraso cultural, sin avance social?

Los morenovallistas callan.

La gran deuda de Moreno Valle en relación al marinismo tiene nombre: Impunidad.

Este tema tampoco lo han agotado los priistas.

Por algo será.

abajomecinas

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