22-11-2024 12:34:51 PM

Puebla: la campaña a tamborazos

Por: Juan Manuel Mecinas

Los cruceros de la ciudad de Puebla reflejan la campaña política: mucha estridencia y pocas ideas.

Quien transite por la ciudad se encuentra en medio de una emboscada donde personas de escasos recursos gritan vivas a favor de Alcalá o de Gali, ofrecen publicidad de los candidatos, y escenifican un espectáculo propio de una campaña de Echeverría.

Los equipos de Gali y de Alcalá han ideado una campaña política en la que entienden la publicidad y la estrategia como una batalla que ganará el grupo que más ruido produzca, aunque el sonido de sus gritos, loas, vivas, y hurras termine siendo un espectáculo vergonzoso.

La escena es digna de análisis: una decena de personas gritan hurras sofocadas por un sol inclemente. Su rostro denota cansancio. Es penoso verlos expuestos en medio del tránsito vehicular casi sin protección para sobrevivir a los rayos del sol, gritando vivas sin ton ni son a favor del candidato panista o de la candidata del tricolor, que les han pagado, pero a quienes ni siquiera conocen.

Es una escena que denota todo lo contrario a lo que el Presidente del INE afirmó en su última visita a Puebla. Lorenzo Córdova dijo que las elecciones marchaban bien, cuando en realidad se han convertido en un dispendio para tirar lodo y los cruceros son el botón de muestra de una contienda donde el abuso de la necesidad de los más vulnerables está presente en todos los bandos.

Alguien ha asesorado de manera equivocada a los candidatos. Su propuesta dista mucho de ser la de una campaña vigorosa, moderna y atractiva. Es, en cambio, una campaña que piensan ganar con la estridencia de gritos desentonados, pero con la vacuidad de las loas en boca de personas que (es evidente) están en cada esquina por los pesos que les han pagado para gritar a favor de uno u otra, pero que no pueden esconder su boca seca, su piel afectada por los rayos del sol, que a los candidatos y a los partidos poco les importa, pero que termina siendo su propia imagen: las personas muestran a unos partidos desgastados, sin ideas, y sin vitalidad.

Nadie identifica aún una idea importante de ninguno de los candidatos. Alcalá ofrece pensar en todos, pero su mensaje es poco claro. Gali ofrece seguir avanzando, pero su oferta no contiene una sola idea estructurada. Quieren ganar el derecho a estar en Casa Puebla, pero aún no sabemos para qué quieren gobernar durante un año y ocho meses y cómo pretenden hacerlo.

Algunos afirman que las campañas no se ganan con ideas. Puede que tengan razón, pero también es cierto que la ausencia de ellas denota la calidad de una guerra electoral en donde, a costa de la necesidad de quienes tienen que pasar ocho horas debajo del rayo del sol, los partidos gastan dinero y hacen ruido. Un ruido que nada dice, pero que indigna. Es el ruido y la estridencia de una campaña que pretenden ganar a gritos y tamborazos. Un dejá vù hacia “La Ley de Herodes”.

Ni más ni menos.

abajomecinas

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