Por: Socorro López Espinosa
La tormenta pasó y el fideicomiso seguirá por 50 años, como otros tantos Proyectos de Prestación de Servicios y un sinfín de movimientos financieros, sin que el gobierno dé una explicación, sin que transparente sus operaciones. Puebla, el cuarto estado más pobre del país, tiene su futuro financiero hipotecado.
Ha quedado claro que el gobierno de Moreno Valle ha hecho lo que ha querido con los recursos, adaptando las leyes a sus intereses, a sus gustos o caprichos.
Desde el inicio de este gobierno local se hizo a un lado a los poblanos, a su historia, a su cultura, a sus necesidades, y administró el estado de forma unilateral.
Ahora, mientras unos políticos guardan silencio cómplice, otros se desagarran las vestiduras cada vez que se destapa alguno de los negocios, contratos, fideicomisos y operaciones que significan el crecimiento de la deuda de Puebla.
Ocultar cifras, engañar, no informar parece ser la constante de esta administración.
El mismo exsecretario de Finanzas, Roberto Moya, dijo la semana pasada que sólo existen tres PPS por un monto total de 22 mil 554 millones de pesos, pese a él mismo hace tres años había dicho que eran por 14 mmdp.
Los tres PPS, según Roberto Moya, son El CIS por 4 mil 500 mdp; la plataforma de Audi 10 mil 800 mdp, y el Museo Barroco 7 mil 254 mdp.
El fideicomiso que capta los que se recauda del Impuesto Sobre la Nómina (ISN) es a 50 años, y esos tres proyectos tienen un máximo de 25 años.
Prevalecen muchas dudas en torno a dicho fideicomiso y sobre muchas otras operaciones financieras y obras hechas por este gobierno, que se ha cuidado muy bien de poner “en reserva” por más de 20 años.
Mientras tanto, se supone que en los próximos meses el Congreso local debe homologar la Ley de Transparencia para que se transparente el fideicomiso que maneja los recursos generados por el ISN.
Sin embargo, poco sirve que se tengan leyes de avanzada si quienes las deben aplicar buscan cualquier recoveco para no proporcionar información o mantener protegido al Ejecutivo.
Lo cierto es que, independientemente que pueda destaparse el citado Fideicomiso, el futuro económico de Puebla está comprometido por varias generaciones.
