Por Jesús Manuel Hernández
Sin duda alguna la llegada de Rafael MorenoValle como titular de la Comisión de Asuntos Políticos del PAN, ha sido la designación más sonada de Acción Nacional. Para algunos es el preámbulo de la recta final donde la candidatura en 2018 no tendrá ya más tropiezos.
En cambio, para otros, es el primer paso para terminar finalmente con la estructura doctrinaria de los panistas y el inicio de la nueva “clase de estadistas y líderes” en el más puro estilo pragmático y tecnócrata. Algo similar le pasó al PRI hace algunas décadas cuando Miguel de la Madrid empezó a cavar la tumba del sistema tricolor, dejó atrás el Nacionalismo Revolucionario y abrió las puertas a los modernistas.
Y es que empiezan a aparecer relaciones que comprometen la acción de Moreno Valle en los asuntos políticos y favorecen a otros grupos que siempre han sido ajenos al panismo.
Un documento oficial del Centro Internacional de Formación de Estadistas y Líderes, A.C, muestra en su Junta de Honor a los principales operadores del morenovallismo de cara al puente con otras ideologías y prácticas políticas de México. El Centro es, según sus propias palabras, una especie de “Think Tank” donde se abren los espacios para personas que quieren intercambiar ideas.
Observe usted: La Junta de Honor la componen, Jorge Castañeda, Gabriel Quadri de la Torre, Juan Federico Arriola Cantero, Isaac Katz Burstin, Roberto Gil Zuarth y el infaltable, Luis Maldonado Venegas. Éstos dos últimos, piezas claves del morenovallismo y su asalto a los demás partidos.
No deja de ser interesante que la plantilla de Moreno Valle haya penetrado otras esferas y que sus pensadores tengan un común denominador, frenar a López Obrador.
Difícil será saber si Ricardo Anaya está al tanto de estas alianzas extramuros del panismo. Quienes le rodean explican con ánimo que la designación de Moreno Valle fue para detener el avance de sus “enviados” a integrar puestos de poder en el partido; llamándolo a él, ya no hay más negociación, eso dicen.
Difícil también será saber si a estas alturas la modificación en la estrategia de comportamiento hacia fuera le dejará beneficios a Moreno Valle, últimamente anda muy cercano a la prensa, vuelve a estar en campaña, y eso significará también atraer reflectores.
No es tan difícil adivinar que ahora, el nuevo reto del gobernador de Puebla será no opacar a Ricardo Anaya y hacer todo lo posible por reconocer sus límites, de lo contrario, es predecible que acaben, como dicen por ahí “agarrados de la greña”.
O por lo menos así me lo parece.