Por Alejandro Mondragón
Al gobernador Rafael Moreno Valle ya lo pusieron contra la pared: con el PAN o con Los Pinos. Eso le disgusta.
Quisiera operar para los dos, llevarse bien con todos, decirles que suma, que no se pelea para que por debajo de la mesa opere contra el PRI y negociar en el PAN a nombre de Peña Nieto.
Pero llegó la hora de las definiciones.
Si alguien revisa el papel histórico de la Comisión Política del PAN se dará cuenta que en épocas electorales salen desde ahí misiles contra el PRI y todo lo que represente.
Ricardo Anaya destapa a Moreno Valle para coordinar dicha Comisión y Enrique Peña Nieto responde con la presencia en Puebla de los secretarios de Gobernación, Desarrollo Social y Sedatu: Osorio Chong, José Antonio Meade y Rosario Robles.
Los panistas reclaman un PAN que enfrente a Peña Nieto y al PRI, porque sólo eso sumará votos. Gustavo Madero ya se dio cuenta de ello y desde el Poder Legislativo amarra alianzas.
El 2016 es la prueba anayista para echar al tricolor del poder. Si es complaciente perderá legitimidad su causa.
Sin embargo, el morenovallismo estuvo feliz de recibir a operadores del peñismo en víspera de que Moreno Valle asuma una Comisión Política ¿Peñista? en el PAN.
A nadie gustó en Los Pinos que José Antonio Meade recibiera en sus oficinas de Sedesol a Moreno Valle y haya alabado las acciones poblanas contra la pobreza, como si lo hecho por Rosario Robles, Juan Carlos Lastiri y Juan Manuel Vega Rayet no hubiera servido para nada.
Traer a Meade a Puebla con la batuta de Rosario Robles es el mensaje de que nadie se puede saltar a la titular de la Sedatu, menos los amigos del góber poblano en el gabinete.
Moreno Valle es hoy el gobernador más peñista del país. ¿En qué barco zarpará: Los Pinos o el PAN?
El gobernador se posiciona en el panismo con los recursos federales que le han dado presencia nacional, gracias al peñismo.
Rosario Robles mandó el mensaje de la cercanía con Moreno Valle: eres mi compadre, le dijo públicamente para que todos supieran que tal parece que el góber de Puebla es uno más del equipo priista.
¿Un PAN peñista con el gobernador de Puebla a la cabeza? Una locura.
El peñismo también uso un doble juego: A Puebla le quitaron este fin de semana la exclusividad de la Ciudad Audi. Integraron a Tlaxcala, gran beneficiada del arribo de la inversión alemana sin gastar lo que ha erogado el gobierno poblano.
No dejaron que el gobernador placeara a su candidato Tony Gali como beneficiario de la relación Puebla-Federación. Le pusieron a un lado a la senadora Blanca Alcalá, a quien le dieron juego.
La semana pasada le advertí que por las buenas sería Blanca Alcalá, pero todo apunta que la llegada de Moreno Valle al CEN del PAN implicará irse por las malas con Enrique Doger, como candidato del PRI a la gubernatura.
La columna Templo Mayor de Reforma dijo el sábado que el gobierno de Peña Nieto aplica la máxima a Moreno Valle: “a los amigos cerca, a los enemigos más cerca”, después del desfile de funcionarios federales.
Hace un par de semanas escribí que “los operadores de Peña Nieto tienen la instrucción de respetar la relación institucional, pero en lo electoral el trato será de toma y daca”.
Anaya debe tener en claro que Moreno Valle prefiere pelearse con él, antes de enfrentarse a Peña Nieto. Que le pregunta a la próxima lideresa panista en Puebla.
DE LA AUDITORIA SUPERIOR
Dicen desde el Tripack que el gobernador Rafael Moreno Valle controla ya la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación para desde ahí manejar a sus enemigos; favorecer las cuentas de sus amigos y las de él.
Y dominará este espacio, a través de Luis Maldonado Venegas, el perredista y masón.
Opinar así es desconocer la praxis legislativa de dicha comisión.
La de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación está compuesta por ¡27 DIPUTADOS!
El PRI tiene 11 integrantes y su aliado, el PVEM, cuenta con tres lugares. De Los Pinos salió la propuesta que el peñista Jorge Carlos Ramírez Marín sea la mano que mueva la Comisión desde una de las Secretaría.
