Días antes de las elecciones el líder del PRD aseguró que si Gali era el candidato irían en alianza con el PAN.
A media semana Cecilia Romero, ex presidenta del PAN y una de las figuras más fuertes en la estructura del partido dijo que primero el PAN debe aliarse con los ciudadanos que con otros partidos.
El sábado Luis Ernesto Derbez habló en el mismo tono: “Lo más importante es la alianza interna primero que otra cosa. De nada sirve la alianza con otros partidos si no hay una alianza interna entre los panistas…”.
Con qué partido irá Gali de candidato, no es panista, tampoco perredista, su última militancia fue en el PRI partido al que dejó en la sucesión presidencial de Vicente Fox cuando su casa fue el escenario de una cena para respaldo económico a Felipe Calderón.
¿Qué le convendrá más a Gali? ¿Acaso seguir siendo una pieza en el ajedrez del morenovallismo o volar solo?
Esa pregunta se la vienen haciendo él y sus más allegados.
La mitad del estado votó contra el morenovallismo, las tres cuartas partes de la ciudad que gobierna votaron en contra, Gali no pudo defender el triunfo de su protegido en el sexto distrito.
¿No sería mejor terminar en la Presidencia Municipal, afianzar sus relaciones con otros partidos y grupos políticos y generar una estructura lo suficientemente fuerte para competir por la gubernatura en 2018?
Las dudas pasan por la mente de Gali, pero no por la del gobernador y en este caso los poblanos sabremos muy pronto qué tanto compromiso, qué tantos amarres, qué tanta rienda le puede jalar el gobernador a Tony Gali y usarlo para proteger su salida.
