En un diálogo entre Estefan y Juan José Lecanda –Secretario Particular de Emilio Gamboa–, el político poblano afirma que el concuñado de Lecanda seguirá trabajando en BANSEFI; que no se preocupe, le refiere Estefan; “lana es lana”, espeta el candidato a diputado. A pesar de su renuncia al banco del cual era director, Estefan asegura la permanencia del familiar de Lecanda y la continuidad de la maleta (ese instrumento democrático y transparente de la política mexicana).
Algunos ven en ese diálogo una “complicidad entre dos amigos” (la expresión sería casi romántica, pero causa un reflujo ácido por los personajes involucrados). Sin embargo, otros ven un claro conflicto de interés (por decir lo menos). Estefan le pide a Lecanda favores y éste le pregunta si su concuñado seguirá trabajando en la dependencia de la que hasta hace poco era director.
Aquí comienzan las preguntas sin respuestas convincentes, no solo por audio con Lecanda, sino por el video con el que acusa de extorsión al periodista Arturo Rueda (ambos indisolublemente relacionados):
a. ¿Así se deciden los puestos de trabajo en Bansefi? ¿En conversaciones sobre favores y maletas? El diálogo hace imaginar la conversación entre dos mafiosos, en el que uno pregunta cuándo recibirá el dinero que el otro le adeuda y éste le responde preguntando por el cargamento que tiene pendiente de entrega.
¿Así entiendes la meritocracia, Jorge?
b. Sin aspavientos y con un vocabulario más elevado que el exhibido en sus audios –al menos para eso tendría que servirle tanto dinero, haber sido diputado y Director de un banco–, Estefan tendría que decir por qué se dice “preocupado” por ciertas cosas a lo largo de la conversación con Lecanda, pero se siente seguro al afirmar que lo de la maleta “seguirá”. En el lenguaje popular mexicano, pero también en el político, no se debe ser un genio para suponer que la maleta contiene algo y que normalmente es dinero.
Y si no es así, ¿por qué relacionar la maleta con el nuevo director de Bansefi?
La respuesta se puede anticipar: el director está encargado de la maleta. Los malabares de Estefan y sus plumas deferentes distraen la atención sobre este aspecto, pero no lo explican.
(Acotación: se ha dicho que lo de la maleta era un beneficio para el banco, cuando en realidad Estefan se refiere a que la llegada del personaje que él propone será lo benéfico para el banco. Los periodistas y los literatos leen lo que quieren leer)
c. ¿Quiénes son “ellos”, en el video con Arturo Rueda?
El director de CAMBIO los identifica como “agentes económicos” y muchos imaginan que es el gobernador de Puebla quien está detrás de los videos contra Estefan. Sin embargo, las huellas de los audios no conducen a los cerros de Loreto y Guadalupe. Los audios contra Estefan son fuego amigo. Quienes atacan a Estefan no son los morenovallistas, a quienes: a) conviene que un personaje cercano a Tony Gali sea Presidente de la Comisión de Hacienda; y b) a quien han dejado el camino libre en su distrito.
Son a otros grupos al interior del PRI a quienes no conviene y a quienes no gusta que Estefan aparezca en un primer plano en la Cámara Baja. El fuego amigo, pues, conduce a Bucarelli.
c. ¿Por qué negociar con Arturo Rueda la publicación de una columna?
Es claro que Estefan le pide al director de CAMBIO que no publique el audio. Al principio parece convencido de que son “chismarajos”, pero esa convicción lo abandona pronto. Estefan trata de convencer de no publicar una columna y es él quien primero refiere una cifra: “medio millón de pesos” (lo que no excluye la responsabilidad del director del diario).
¿Y si le hubiera aceptado esa cantidad o una menor?
En el ambiente flota la sensación de que Estefan estaba dispuesto a pagar, siempre que se tratara de una cifra que no fuera mayor al medio millón.
Lo contrario a lo que hizo Estefan puede encontrarse en la reacción de Luis González de Alba (“Y que me llama El Mencho”, se tituló su columna) cuando recibió una llamada de extorsión y mandó al carajo al chantajista.
Entre la reacción del escritor y la de Estefan hay un mundo de diferencia: el lenguaje popular dice que “quien nada debe, nada teme”. Chidiac no solo tomó en serio la llamada del extorsionador, sino que intentó negociar con él.
¿Qué temes, Jorge?
¿Por qué negociar en la obscuridad con quien señalas como extorsionador?
¿Por qué, Jorge?
¿Por qué?