Puebla es uno de loa 17 estados de la república en los cuales no es posible acreditar un feminicidio debido a que el marco jurídico que se tiene en esta materia está incompleto, pues no contempla las diferentes causales que conllevan este delito, además de que no hay protocolos claros para la atención o la investigación de los mismos.
Lo anterior lo planteó Martha Yuriria Rodríguez Estrada, representante del Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidio, al señalar que dado que los registros oficiales no registran el número real de feminicidios, las autoridades estatales argumentan que este no es un problema que deba preocupar en el estado.
Sin embargo, de acuerdo con un recuento hecho por la organización, durante 2012 y 2013 se registraron 158 asesinatos de mujeres, pero la Procuraduría General de Justicia sólo reconoció 6 de éstos como feminicidios.
Incluso, el número se recortó cuando llegó a los tribunales, pues cuando jueces locales tomaron conocimiento de dos de estos casos determinaron que no se podían considerar como feminicidios y los reclasificaron como homicidio calificado.
“La gran diferencia es cómo matan a las mujeres, los hombres cuando son asesinaros mueren entre iguales, pero cuando las mujeres son asesinadas no son entre iguales, hay discriminación, mueren sometidas, privadas de la libertad”, destacó la activista quien fue parte del equipo que impulsó la tipificación del feminicidio en el Distrito Federal.
Por este motivo consideró que la situación que se vive en Puebla es grave, pues estos delitos no se han investigado de manera adecuada, por lo que se registran altos índices de impunidad.
Recordó que para que un asesinato de una mujer sea considerado como feminicidio debe cumplir con al menos una de las causales establecidas en los lineamientos jurídicos: que se compruebe una razón de género detrás del delito, que la víctima haya sido privada de su libertad, que el cuerpo tenga muestras de violencia sexual o lesiones degradantes, que la mujer haya denunciado amenazas o acoso antes de la agresión, que haya tenido una relación de parentesco, amistad o incluso laboral con el asesino, que la víctima haya sido incomunicada antes de su muerte y que el cuerpo sea expuesto en un lugar público.
Rodríguez Estrada añadió que esta situación no sólo se da en Puebla, sino que incluso es un hecho generalizado en todo el país.
Puntualizó que entre 2012 y 2013 se dieron 3,892 asesinatos de mujeres, de los cuales sólo 613 casos fueron identificados como feminicidios.
De la estadística recabada por el observatorio, destaca que el 41 % de las mujeres asesinadas tenían entre 20, y 40 años, es decir se encontraban en edad reproductiva.
Además, el 46 % presentaba señales de actos crueles, como quemaduras, golpes, asfixia y otras agresiones graves antes o después de muertas.
Destaca además que una de cada cinco mujeres fueron asesinadas por sus parejas, además de que una proporción similar fue encontrada en la vía pública y que el 10 % se encontraba en su hogar al momento de ser asesinada.