Muy malas vibras rondan al PAN.
Muchos de sus cuadros se retiran en el peor momento, en víspera de las elecciones intermedias y cuando están en juego nueve gubernaturas, 500 diputaciones federales y cargos locales en 17 estados.
Apunte desde hoy: el senador Ernesto Cordero no volverá a participar en la política interna de su partido.
Es decir, no hará campaña por Margarita Zavala cuando compita por la presidencia del partido y mucho menos por el candidato deGustavo Madero, quien lo humilló en su reelección.
La primera lectura lógica: con Corderomarginado, el grupo de Felipe Calderón se debilita y difícilmente podrá recuperar el control de la estructura azul en aras de hacerse primero de la candidatura presidencial de 2018 y luego de Los Pinos.
La segunda: con Maximiliano Cortázar de vocero, el poblano Rafael Moreno Valle va en caballo de hacienda hacia la sucesión federal con o sin el respaldo del grupo Madero.
Y la tercera en forma de pregunta: ¿a quién beneficia esta división panista?
Aunque pocos lo vean, al PRI.
