El 7 de febrero de 2002, siendo gerente de Banca Múltiple de la sucursal ubicada en la 18 Poniente y 5 Norte, del entonces llamado Banco Internacional (BITAL), Ruiz Nolasco fue despedido acusado del delito de robo calificado.
¿La razón?
El Departamento de Auditoría de cajeros automáticos, detectó un faltante de $1,536,100.00 pesos en los cajeros de la sucursal que este señor tenía a su cargo, debido a anomalías en los procedimientos para dotar de efectivo y revisar dichos aparatos.
Las pruebas en su contra eran contundentes, no solo a nivel documental.
Las cámaras de seguridad de los cajeros registraron evidencia en video del procedimiento de “ordeña” de efectivo que el funcionario bancario realizaba de forma metódica.
No había lugar a dudas: Ruiz Nolasco le robaba dinero al banco que le daba empleo y le pagaba un sueldo digno.
Por estos hechos, el 4 de Marzo de 2002 lo denuncia Enrique Yáñez Santos en calidad de “apoderado” de Bital, por el delito de robo calificado ante el Agente del Ministerio Público de la Delegación Norte, lo que quedó asentado en la Averiguación Previa 813/2002.
Dicha averiguación fue consignada ante el Juez Tercero de lo Penal de la ciudad de Puebla y se forma el proceso 430/02, donde se libra orden de aprehensión en su contra con fecha 29 de Enero de 2003.
Para evitar que la orden de aprehensión se cumplimentara, Ruiz Nolasco comenzó un largo peregrinar en donde anduvo a salto de mata.
Igual que ahora.
Sin embargo, a la par de que enfrentaba un complicado proceso legal en su contra, este individuo y sus abogados le dieron forma a una complicada estrategia jurídica que, aprovechando relaciones y comprando conciencias, tenía como objetivo la evasión de la justicia.
El amparo contra la orden de aprehensión prosperó y por increíble que parezca el banco fue contrademandado.
El largo juicio concluyó con una sentencia que en los hechos pareciera una auténtica mentada de madre al concepto de impartición de justicia: Inocente.
A pesar de la evidencia documental y en video, el banco -la víctima en este caso- fue obligado a “compensar” económicamente al ex empleado que le robó más de un millón y medio de pesos.
Sólo en México.
De esta manera, el banco no solo no pudo recuperar su dinero, sino que pagó a Ruiz Nolasco una cantidad muy cercana a los 3 millones de pesos.
Con este capital, el hoy prófugo se inició en el negocio prendario inaugurando varias sucursales, lo que fue la génesis del hoy tristemente célebre masprecios.com
Hoy, algunos años después de estos hechos, Ruiz Nolasco se ve nuevamente involucrado en un fraude, esta vez de proporciones mucho mayores y con una gran cantidad de damnificados.
¿Qué hubiera pasado si se hubiera hecho justicia desde el principio?
Difícil saberlo con exactitud; pero de entrada le puedo asegurar que decenas de amigos, conocidos y familiares de este individuo, no tendrían el dolor, coraje y resentimiento que hoy sienten.
Ni hablar: origen es destino.