Y seguramente hasta en el cine o en partidos de futbol aunque esté prohibido promocionarse en otros Estados de la República. Al fin se paga la multa y ya. No pasa nada más.
El Gobernador poblano sabe que se acerca el fin de su mandato y debe aprovechar todas las oportunidades para posicionarse en la mente de los mexicanos, pues tiene la obsesión de ser candidato a la Presidencia de la República y obviamente habitar Los Pinos luego de las elecciones de 2018. Esos son los planes y ha hecho absolutamente todo para que fructifiquen.
Solo falta saber qué opinan los mexicanos.
Porque en Puebla efectivamente mantiene más o menos una buena calificación de los electores. Muchos siguen admirando sus obras en la capital, que aunque la mayoría son de ornato o francamente inútiles (como la mayoría de los enormes puentes vehiculares) y piensan que como hace mucha obra es un gran Gobernador. Lo que pocos entienden es que haciendo muchas grandes obras también hay una extraordinaria oportunidad de hacer buenos negocios con los moches de los constructores.
Pero digamos que la mayoría de los poblanos aprueban la gestión morenovallista. Dos terceras partes. Porque una clara tercera parte ya no se traga la propaganda de las grandes obras.
Y sí existe una buena cantidad de personas que aborrecen las fotomultas, los altos cobros del agua potable en la capital, el suplicio para verificar autos, las molestias por las obras mal planeadas y peor ejecutadas, las arbitrariedades con los retenes del alcoholímetro. Más todos los que han perdido su empleo por los despidos de miles de burócratas o los cierres de verificentros. Más los miles de contribuyentes que sufren el terrorismo fiscal de la Secretaría de Finanzas cotidianamente. Más las familias de todos los detenidos que han osado ser opositores al morenovallismo represor y autoritario. Más los empresarios y constructores poblanos que no son parte de los consentidos del gobierno estatal para hacer obra u obtener contratos.
Y súmele a los miles de panistas verdaderos –y yunquistas rencorosos- que han sido desplazados y ninguneados por parte del morenovallismo, que juran venganza y operación contra el priísta disfrazado de azul.
No. No todo Puebla es territorio morenovallista. En cuatro años se ha venido conformando un claro frente opositor a su estilo personal de gobernar. Por supuesto el protagonista y sus aduladores lo niegan y creen en las encuestas que lo ponen con una extraordinaria calificación por parte de los ciudadanos (ningún encuestador “nacional” se atreve a decirle la verdad por el temor de que sus carpetas terminen siendo lanzadas hacia sus cabezas). Pero reitero: La mayoría de los que aprueban cada vez es de menor porcentaje.
Por todo lo anterior, aunque los planes presidenciales son claros y al parecer van viento en popa… del plato a la boca se cae la sopa.
En Puebla Moreno Valle es más o menos bien evaluado, pero en el resto del país ni siquiera lo conocen. He dado cursos y conferencias en todo el país a auditorios empresariales pro-panistas en los últimos meses y el común denominador es que en otras entidades no saben quién es Moreno Valle y mucho menos piensan que pueda ser candidato presidencial. Yo les digo que es el más fuerte aspirante a ser candidato del PAN… y ellos me responden que no les agrada como candidato.
Porque esto último es lo que prevalece: Ante auditorios de Chihuahua, Sonora, Nuevo León, San Luis Potosí, Aguascalientes, Querétaro o Veracruz (y muchos sitios más)… no les simpatiza mucho la idea de que un poblano con cara de antipático pueda ser el próximo Presidente de la República.
Creo que ese es el mal cálculo del poblano y sus operadores (aduladores): Pensar que todo el país es como Puebla y que solo con dinero se ganan las elecciones. A estas alturas (terminando el cuarto año de gobierno), por solo poner un ejemplo, Enrique Peña Nieto ya era conocido de sobra en todo el país y no dejaba de aparecer un solo día en los noticieros nacionales. Moreno Valle no.
Y por supuesto no digo que no pueda lograr ser conocido en todo el país (que repito, pienso que ya va retrasado). Pero una cosa es ser conocido y otra despertar simpatías.
En el último año las críticas nacionales al gobierno de Moreno Valle han sido muchas y siguen apareciendo reportajes en su contra. Quizás solo sean de revistas o columnistas de “izquierda” o “críticos gubernamentales típicos”… pero de que forman opinión pública la forman. Y en no pocos sitios ya saben que en Puebla gobierna un sujetoobsesionado por el poder y la imagen personal.
Así que ya veremos si los planes cuajan. Desde luego en estas próximas elecciones 2015, el grupo en el poder en Puebla tiene la capacidad de ganar donde se le antoje. Tienen dinero y los opositores del PRI le tienen pavor. Pero ganar 2015 en Puebla no necesariamente te coloca en la antesala de ganar el país. Puebla se ha convertido en una isla atípica que no representa el sentir ni la tendencia nacional.
Rafael Moreno Valle puede ganar la candidatura panista a la Presidencia, eso que ni qué. Los pobres panistas hace mucho que fueron violentados y nunca supieron ni por dónde. Pero ser candidato del PAN no significa ganar las elecciones en 2018. Ahí viene López Obrador y su Morena y ahí vienen los priístas que no quieren perder el poder que tanto trabajo les costó recuperar.
Y sin embargo, ni modo, si Moreno Valle no ganara la elección presidencial, los únicos afectados seríamos los poblanos, pues se establecería un cacicazgo para muchos años en el Estado.
Pufffff! Que Dios nos agarre confesados.
