El presidente Peña Nieto tiene prioridades, dentro de ellas no está defender al gobernador Moreno Valle. El Partido Acción Nacional pasa por severas divisiones internas debido a la manipulación en algunos estados, Puebla y Querétaro entre otros, para inflar el padrón de militantes, se culpa de forma directa a Moreno Valle.
El Congreso Internacional sobre la defensa de los derechos de los Niños y los Adolescentes, pese al ocultamiento de los medios afines y cooptados por el gobierno, fue un espacio donde se ventilaron las represiones y la falta de garantía de los ciudadanos independientemente de su edad y condición social.
La participación de Elia Tamayo, convertida en símbolo de la injusticia y la complicidad de este gobierno, seguida de algunos delegados internacionales, abrió un nuevo espacio a quienes desean continuar poniéndole limón a la herida llamada Chalchihuapan.
Y por si fuera poco, el nuevo presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez, aceptó en varias entrevistas que el caso sigue vigente y existe incluso la posibilidad de que el gobernador o sus funcionarios de gabinete sean llamados a declarar ante otras instancias por no haber cumplido con las recomendaciones.
La versión periodística sucedió a una primera en el sentido de la gran cercanía entre González Pérez y el padre del gobernador, Moreno Valle Suárez presidente de la Fundación UNAM, lo que suponía dar por terminado el caso.
Un claro ejemplo del nivel de presiones que está alcanzado el carpetazo dado en Puebla a las recomendaciones de la CNDH es la conformación del comité donde participan periodistas, escritores, actores, activistas de orden nacional para pedir se termine con la represión y los presos políticos Puebla.
Poniatowska, El Fisgón, Ríus y los demás firmantes, Elia Tamayo, los delegados al congreso que fueron testigos de la censura para que el caso de José Luis Tehuatlíe no se pusiera en la mesa de las discusiones, y los jóvenes oradores que pidieron se aclare el tema, son tan sólo algunos de los nuevos actores que impiden ponerle la “guinda al pastel del morenovallismo”.
