Niegan también que haya existido hasta el momento ninguna negociación de tipo político que le hubiera permitido al mandatario estatal gozar de absoluta impunidad.
Aseguran también que el comportamiento de la Federación en esta coyuntura fue producto de un análisis profundo de la situación nacional, en donde la conclusión fue mantener a Puebla en paz, pasara lo que pasara.
Y es que, en lo que respecta a la gobernabilidad del país, lo que menos quería el gobierno de la República es que nuestro estado se sumara a la lista de entidades federativas que en estos momentos son un auténtico polvorín en términos de paz social, debilidad institucional e infiltración del crimen organizado.
Bastante ocupados están ya con la situación que se vive en Michoacán, Guerrero, Tamaulipas y Oaxaca, auténticos focos rojos en el mapa nacional de riesgos y por lo tanto, prioridades únicas en términos de atención y acciones inmediatas.
Puebla, por el momento puede esperar.
Desde hace meses, la presidencia de la República ha desatado una auténtica cruzada que tiene como objetivo el debilitar políticamente a potenciales adversarios en el proceso de sucesión rumbo a la elección del 2018.
“Aniquilarlos antes de que crezcan” —parece ser la máxima que se aplica a casos como los de Marcelo Ebrard, Miguel Mancera, Eruviel Ávila o Ángel Aguirre.
En este contexto, el caso Chalchihuapan parecía perfecto para obstaculizar el proyecto presidencial del gobernador poblano.
No lo ha sido, pero prometen que lejos de olvidarlo, lo sabrán detonar en su momento.
¿Será?
Por cierto, lo que sí se supone que veremos a partir de este mes, es un mayor esfuerzo por venderle a la opinión pública los programas y proyectos que realiza el gobierno federal.
Dicen que el primer ejemplo se vio en la pasada visita a Puebla de Gabriel O´Shea, Comisionado Nacional de Protección Social en Salud.
Si bien los medios Tri-Pack repercutieron obsesivamente una declaración del funcionario federal en el sentido de que nuestro estado era “ejemplo en la aplicación de programas de salud”, testigos del evento aseguran que cuando O´Shea hizo uso de la palabra, con toda contundencia dejó en claro que los 72.4 millones de pesos que se entregaron en acciones de salud para beneficio de 40 mil habitantes de la mixteca provenían del gobierno federal y que los 46 millones anunciados para la sustitución de 8 centros de salud en Puebla eran un esfuerzo del gobierno de Peña.
Prometen que harán un auténtico escándalo de la ceremonia de inauguración de las obras que se realizan en el Periférico Ecológico y que desde ahora está garantizada la asistencia de Peña Nieto.
Además, el gobierno federal anunciará próximamente una millonaria inversión, fondos del Banco Mundial, para el desarrollo de un programa de generación de infraestructura pública y privada alrededor de la planta de Audi, para detonar la actividad económica y el desarrollo de la comunidad de San José Chiapa.
Dos opciones se tenían para destinar estos recursos y desarrollar el proyecto: Silao, Guanajuato; donde recientemente se instaló una fábrica de motores del consorcio Volkswagen y San José Chiapa.
Ahora, a diferencia de hace 5 años, Puebla resultó ganador porque la Federación quiere también colgarse parte de los reflectores publicitarios que significa la puesta en marcha de la nueva planta de la armadora alemana de automóviles de lujo.
