05-05-2024 12:42:07 PM

Buscando desesperada a Rafael Moreno Valle

tempestad07

Antes que operar políticamente a favor de su proyecto personal rumbo a la elección gubernamental del 2018, el visto bueno del Congreso del estado en torno a la forma en la cual se gastaron los recursos del erario de la ciudad en su trienio es lo que en verdad la obsesiona.

Y es que, no puede concretarse uno sin el otro.

Así de claro.

Si recibe pronto el aval legislativo, no percibe obstáculo alguno en su búsqueda por la gubernatura de Puebla, la próxima de seis años, ya que muestra un desprecio absoluto a la ya famosa “mini”.

En el caso de Alcalá, como en muchos otros, la revisión de cuentas públicas se ha hecho bajo la lógica del garrote político.

Ese que premia a los amigos generando impunidad y que fustiga implacablemente a los enemigos.

Por eso, la senadora busca desesperadamente al gobernador, la voz cantante en el Congreso y por lo tanto el único que realmente puede ayudarla en este asunto.

Moreno Valle, claro está, ni se inmuta y delega invariablemente el tema.

Por más guiños y mensajes de buena voluntad que la priista ha enviado últimamente, algunos salpicados de tonos lastimeros que rayan en la más abyecta sumisión.

Los operadores políticos del morenovallismo le dan largas y le dicen dicen que ya casi, que falta poco, que ya merito.

Lo cierto es que nada, todavía nada.

Por el momento resulta más rentable en lo político tener a Blanca “a fuego lento”, para lo que se ofrezca: negociar o aniquilar.

La relación entre Blanca Alcalá y Rafael Moreno Valle ha sido de altibajos.

En la campaña del panista, la entonces alcaldesa le prometió sumarse con todo a sus intereses electorales, para así vengarse del detestable marinismo que tan mal la trató durante la coexistencia.

Cumplió apenas en parte.

Al interior del nuevo grupo dominante no cayó nada bien eso de las medias tintas.

Magnánimo, el entonces mandatario electo decidió darle una segunda oportunidad, invitándola a formar parte del “gobierno del cambio”.

La estrategia tenía como objetivo abonar a la legitimidad política del nuevo régimen, vistiéndolo con el engañoso traje de la falsa inclusión.

Alcalá se negó.

Temerosa de la venganza de los priistas, conocedores de la magnitud y alcance de las corruptelas que caracterizaron su trienio, prefirió la vía institucional para amarrar su nominación al Senado de la República, trampolín para alcanzar su verdadero sueño que es convertirse en la primera gobernadora del estado.

Claro, si Rafa lo permite.

latempestad

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