01-05-2024 09:03:24 PM

Plascencia Villanueva, ¿héroe o villano?

tempestad18

¿A dónde poner ahora las loas a su trabajo y el resto de la retórica oficial salpicada de halagos hacia su “gran trabajo” en pro de los derechos humanos en México?

A Plascencia lo trajeron a Puebla en plena polémica por la tristemente célebre Ley Bala, cuya aprobación inmediata ordenó el gobernador a los diputados integrantes del congreso local.

Y recibió trato VIP.

Se reunió en privado con el gobernador para que éste le explicara las “ventajas” y “beneficios” de contar con un marco jurídico cuya esencia era la defensa de los derechos humanos de los uniformados poblanos, en busca de un aval moral a la ley que jamás llegó.

El cabildo de la ciudad Puebla le entregó entusiasta la Cédula Real de manos de uno de los incondicionales del mandatario poblano, el alcalde Tony Gali.

Después, el mismísimo jefe del gabinete estatal, el Secretario General de Gobierno, Luis Maldonado Venegas, hizo lo propio con la Clavis Palafoxiana.

El broche de oro fue le entrega del Doctorado Honoris Causa por parte del rector de la BUAP, Alfonso Esparza, hoy sumiso e incondicional aliado del gobernador y quien ha ordenado que la universidad pública poblana guarde un cobarde silencio ante el asesinato de un niño por parte de policías estatales y el uso faccioso de las instituciones del estado para su encubrimiento.

En ese acto, el propio Rafael Moreno Valle reconoció en su discurso el trabajo hecho por Plascencia: “esta distinción es un acto de justicia de la máxima casa de estudios para Plascencia Villanueva, quien no solo ha hecho un gran papel por la defensa de los derechos humanos, sino también por su visión, capacidad y generosidad para atender otros problemas como el de la trata de personas en los estados de Puebla y Tlaxcala”.

¿Seguirá pensando lo mismo hoy, a una semana del dictamen de CNDH sobre el caso Chachihuapan?

Tal parece que no.

El ataque frontal al resolutivo y la intentona por sembrar dudas sobre su veracidad así lo demuestran, pero parece ser un nuevo error estratégico en el manejo de la crisis.

En este contexto, se entiende el enojo del gobernador y los suyos por la actuación de Plascencia.

En su lógica, el simbolismo que representa la entrega de los reconocimientos mencionados era suficiente para que el ombudsman nacional se entregara de lleno a la defensa de los intereses oficiales en el caso Chalchihuapan y violara su compromiso de comportarse de manera institucional.

Lo daban por hecho.

Confiaron además en la cercanía de Juan Pablo Piña con Plascencia para que por un asunto de “cuates” se pudiera obtener un fallo a la medida.

No fue así.

En su análisis perdieron de vista, o la soberbia no los dejó ver, que antes de cualquier cosa, lo realmente importante para Raúl Plascencia era amarrar su próxima reelección al frente de la CNDH y que no iba a arriesgarla, ni por Moreno Valle ni por nadie.

Por cierto, el dictamen Chalchihuapan, me cuentan, abonará de manera importante a la consecución del objetivo.

latempestad

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