07-05-2024 06:22:48 AM

Malpica: un año de impunidad pactada

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Se trata de una impunidad “especial”, que no es producto de los indignantes vicios que arrastra el funcionamiento de nuestras instituciones públicas.

Para nada.

La investigación se llevó de manera puntual, pulcra y arrojó resultados concretos, tangibles.

Quienes las llevaron a cabo y sus jefes, saben perfectamente quiénes son los autores materiales e intelectuales del artero ajuste de cuentas, cómo actuaron, qué lógica siguieron y lo más importante: los motivos que tuvieron para ultimar a un personaje que les resultaba por lo menos incómodo, si no una potencial amenaza a su poder e intereses.

¿Y entonces?

Muy sencillo.

En el análisis frío de la rentabilidad, convenía más utilizar a conveniencia el resultado de la investigación, que procurar e impartir justicia.

Sí, los responsables de la muerte de Malpica, en lugar de recibir una orden de aprehensión, recibieron una orden de “negociación”.

Así como lo lee.

Se trató de un burdo caso de impunidad pactada.

¿A cambio de qué?

De la más absoluta, incondicional, abyecta y vergonzosa sumisión.

El control total.

Si bien dentro de la negociación se pactaron mustios destierros e inhabilitaciones de facto, la gran mayoría de quienes idearon y operaron la eliminación de Samuel, no sólo gozan de los beneficios de seguir perteneciendo a la burocracia dorada universitaria, sino que sus privilegios y prebendas salieron intactos.

Ahí está, en la cima del benemérito olimpo.

¡Qué más da sacrificar dignidad si es su libertad la que está en juego!

Hoy los puede ver con su sonrisa hipócrita asistiendo a actos oficiales, retratados en los medios pavoneándose de “logros” que no son suyos, vistiendo el traje de la decencia que, sobra decir, les viene grande.

Tienen esposas, hijos e hijas que creen en su pulcritud y de los que están orgullosos por haberlos “formado y educado”.

Jamás, ni en su peor pesadilla, se imaginarían que esas figuras de autoridad, esos falsos ejemplos de calidad moral, fueron capaces de urdir el asesinato de un hombre siguiendo la misma lógica con la que opera el crimen organizado.

Monumental hipocresía.

Lo peor para ellos vendrá cuando se acerque la inaplazable fecha de caducidad de los acuerdos.

Cuando llegue el momento en el que sean desechables.

Entonces, no habrá más pactos, ni protección, mucho menos amarres.

En ese momento se operará el golpe final: quedarse oficialmente con la universidad, la joya de la corona.

Mientras llega ese no tan lejano día, hago la pregunta obligada citando al gran Dehesa:

¿Qué tal durmió?

latempestad

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